Hay reglas no escrita en la práctica del periodismo y existen algunas que se publicaron como un manual a seguir, no sé con qué autoridad moral, porque nunca las han practicado o, en su defecto, las han ejercitado a conveniencia.
Muchos de los que hablan de actuar con rigor periodístico, ignoran que la crítica es constructiva, destructiva e instructiva, creyendo que cargar un celular o lanzar tarascadas a los políticos los hace valientes, dignos y con una verdadera independencia.
Hoy, con la información digital, cualquier se dice periodista, aunque sean una vergüenza de la profesión y sirvan a intereses que no se atreven a confesar, presumiendo que son libres y pulcros como una santidad medieval.
Nunca han seguido lineamientos básicos del periodismo:
1.- El respeto a la verdad.
2.- Ejercer los derechos informativos con honestidad e integridad.
3.- Respetar los derechos ajenos.
4.- Utilizar métodos dignos y actuar con rectitud profesional.
5.- Ojo: ningún periodista tiene prohibido elogiar a un político o gobernante cuando hace las cosas bien.
6.- Siempre se debe pugnar por la impartición de justicia en todos los ámbitos.
7.- El periodista no es un cuarto poder ni un fiscal, es un crítico e informador que, si bien puede servir como contrapeso, también es apto para reconocer aciertos del servicio público.
Ver los arranques de un tipo ignorante como Carlos Alazraky o un Julio Hernández que no verifica la información de sus corresponsales o un Joaquín López Dóriga que se erige en “teacher” de burros a los que prohíbe rebuznar o de una trasnochada como Lily Téllez o de un frustrado Pedro Ferriz de Con, irrita al espíritu más sosegado.
Ellos son los padrastros de todos los cómplices que manejan la podrida “Aldea Poblana”; “Contramáscaras” y su veneno a flor de piel; e-Consulta y su dueño Rodolfo Ruiz Rodríguez asociado con sus compadres y sobrinos; Carlos Martín Huerta Macías, olvidando que fue uno de los grandes beneficiados del PRIAN; entre algunos más que se erigen como la nueva camada de la jauría de cancerberos.
Todos ellos le aplauden a Ricardo Salinas Pliego y su evasión de impuestos por 74 mil millones de pesos.
Todos ellos vitorearon el pasado 18 de octubre que su “Tío Richie”, en su cumpleaños 70 en la hacienda de Jalmolonga en Malicanlco, Estado de México, dijera: “Saquemos a esos pinches zurdos de mierda; mandémoslos a chingar a su madre”. Es el mismo discurso de odio que pronunció en Argentina, al tiempo que pedía la invasión norteamericana en México, en evidente traición a la patria.
Se les salieron las lágrimas, junto con la “Chiva Loca” Javier Lozano Alarcón, al enterarse del discurso incendiario, porque Salinas Pliego no invitó a los aldeanos a su pachanga, aunque los hizo partícipes de sus palabras a través de Ramón Alberto Garza y su “Código Magenta” que casi toca los cielos por su comportamiento terrenal digno de los ángeles caídos.
Ninguno de ellos ha actuado con ética ni a favor de la impartición de justicia.
Ofenden, provocan, calumnian y no hay consecuencias.
Y todavía gritan que no existe libertad de expresión.
Se bañan en la mentira todos los días.
¿Independientes?
Eso presumen.
No me hagan reír.
¿Así califican actualmente a los mercenarios?
Carlos Alazraky, uno de sus padrastros, calificó de montaje la visita de la presidenta Claudia Sheinbaum y el gobernador Alejandro Armenta a la sierra norte de Puebla.
Farsante puro.
Lo traicionó la conciencia recordando las actuaciones vergonzosas de su amigo entrañable, “Lord Montajes”, Carlos Loret de Mola.
Merece el PREMIO PINOCHO Carlos Alazraky; hay que otorgárselo, no le hace que lo ayudemos a salir del chiquero donde acostumbra a vivir y revolcarse.
POSDATA: Habrá cuarta transformación por muchos años, con todo el dolor que esto represente a los aldeanos y a sus padrastros o padrotes del periodismo.
SALINAS PLIEGO, ALAZRAKY Y SU JAUIRÍA DE CANCERBEROS
