A las nuevas generaciones: Uno de los líderes estudiantiles más destacados y revolucionarios que subraya la historia de Puebla, el Arquitecto Joel Arriaga Navarro, estuvo detenido en el Campo Militar Número 1 y luego preso en la cárcel de Lecumberri, conocida como “El Palacio Negro”, en la ciudad de México, luego de la masacre de estudiantes del 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las “Tres Culturas”, Tlatelolco.
Lamentablemente, algunos de esas nuevas generaciones, sobre todo egresados de las licenciaturas en “Ciencias de la Comunicación”, no lo sabían y, lo que es peor, ni siquiera conocen quién fue no sólo Joel, sino Enrique y Alfonso.
Dos días después de la masacre (4 de octubre de 1968) en la ciudad de Puebla, Joel Arriaga se dirigía a la Escuela de Arquitectura a impartir sus clases, pero al pasar frente al parque Habana, en la colonia América, lo obligaron a bajar del transporte público y lo privaron ilegalmente de su libertad, agentes del gobierno federal.
Luego de incansable búsqueda de familiares y amigos, el 12 de diciembre del mismo año, Joel fue localizado preso en el Campo Militar Número 1, acusado de pertenecer al grupo de “conspiradores contra la nación”.
El gobierno federal decidió que Joel Arriaga, único líder universitario del interior de la República, purgara una condena de tres años 50 días en el Palacio Negro de Lecumberri, considerado un verdadero infierno pues se cuentan historias difíciles de creer, cárcel en el que el arquitecto permaneció durante dos años.
Con Arriaga estuvieron varios líderes estudiantiles del movimiento, todos ellos víctimas de las peores torturas, entre ellos Francisco Eduardo de la Vega y Ávila, de 24 años y alumno de Ciencias Políticas, a quien torturaron y condenaron a diez años de prisión, acusado de homicidio, secuestro, robo, lesiones, daño en propiedad ajena y resistencia de particulares. Ambos convivieron en la tristemente célebre crujía “C”.
Cuatro años después, la noche del 20 de julio de 1972, Joel Arriaga fue asesinado de once balazos por agentes de la policía de Puebla, presuntamente bajo las órdenes del que fuera gobernador Gonzalo Bautista Ofarril.
Arriaga iba manejando su automóvil acompañado de su esposa Judith García cuando fue rafagueado en las calles 4 oriente y 24 norte, a dos calles del mercado La Acocota. Cinco meses después, la noche del 20 de diciembre, corrió la misma suerte el dirigente estudiantil Enrique Cabrera Barroso, cuando iba llegando a su casa en la colonia Bugambilias, al sur de esta capital…Síguenos en Diario ABC Puebla, 37 años de periodismo con historia.