***El mandatario aseveró que su peor error fue no explicar bien el tema de la Casa Blanca
Ciudad de México. En el ocaso de su gobierno, que dejará un saldo de más de 100 mil muertos, el Presidente Enrique Peña Nieto, pidió perdón por sus desaciertos, fallas y falta de explicaciones, en particular sobre el caso de la Casa Blanca, que –dijo—lo deja “muy marcado”.
En entrevista con Denise Maerker en su programa En Punto, de Televisa, el mandatario habló de distintos temas, incluida la derrota de su partido en la elección pasada, pero al preguntarle cuál consideraba el error más grande de su gobierno, contestó:
“No haber explicado yo creo con suficiencia los errores o señalamientos que hubo en distintos temas. El tema de la Casa Blanca por ejemplo es uno que a mí me queda muy marcado… Lamenté haber involucrado a mi esposa (Angélica Rivera) en la explicación del tema… a ella no correspondía, ella no es funcionaria… y la involucré porque era ella, de forma, como matrimonio, que estábamos haciéndonos de una nueva casa.
“Me arrepentí de haber involucrado a mi esposa porque creo que a ella también le dejó un mal sabor y un tema que ha sido difícil superar en todo este tiempo… sigo pensando que no hubo conflicto (de interés)”, sostuvo.
La periodista le preguntó también si hay alguien a quien quisiera pedirle perdón, a lo que el mandatario respondió:
“Mira…, perdón por los desaciertos, perdón por los errores, perdón por las fallas, perdón por la insuficiencia en varias explicaciones, y sobre todo, si a alguien agravie, si a alguien lastimé, le pido una disculpa, pero no trae un destinatario en particular, no lo encuentro, no lo tengo yo en mi conciencia, pero si alguien, con el ejercicio o con la manera en que goberné se sintió lastimado, afectado y agraviado, le ofrezco una disculpa”.
También habló de la derrota del PRI en la elección pasada, que llevó al partido a la peor crisis de su historia, y aseveró que ha “digerido la derrota con madurez, con la sabiduría de que no hay vencedores para siempre ni perdedores para siempre. Es evidente el liderazgo que logró tener quien ha sido elegido como presidente, es seguramente lo mismo que veía el gobierno anterior sobre mi persona; ahora vemos una ola adversa, pero debemos reconocer que la gente se suma a otra ola”.
Y atribuyó ese “fenómeno” a dos razones: La, dijo, es que en el mundo hay un desgaste a las expresiones políticas tradicionales, y en esta elección no sólo perdió el PRI, sino los partidos tradicionales.
La segunda es “el desgaste del ejercicio del gobierno. Cuando haces cambios profundos generas desgaste, como el aumento del precio a la gasolina, que es una decisión impopular, pero había que tomarla, como otras decisiones que implicaron pérdida de respaldo”.
Luego se refirió de forma escueta a su sucesor, Andrés Manuel López Obrador, quien –dijo—“le cae bien”.
“Efectivamente yo no lo conocía, las únicas dos veces que lo había visto había sido en los debates, pero me cayó bien, es evidente que tenemos visiones diferenciadas, pero también estoy convencido de que quien llega, llega con la convicción de servir al país”.