Los bienes y servicios considerados como de primera necesidad, bien pueden ser considerados como una inversión porque se obtiene un beneficio a partir de ellos: por ejemplo, el servicio de transporte público permite la movilidad para asistir a la escuela donde los estudiantes se instruyen y se preparan para ser ciudadanos productivos. Asimismo, la movilidad de las personas a su lugar de trabajo se puede considerar como una inversión necesaria para obtener ingresos.
El servicio público de transporte es tan necesario en la vida diaria que forma parte de la canasta básica. Desde hace casi 8 años la tarifa en Puebla de este servicio es de sólo $6.00, con lo que se ubica como la más baja del país; y muy por debajo de la media nacional. Es el único servicio público cuya tarifa ha permanecido congelada. Mientras que otras cuotas y tarifas del sector público como la luz, la gasolina, el gas, el servicio de agua y el impuesto predial se actualizan cada año y algunas cada bimestre o cada mes.
Por el contrario, existen productos de consumo masivo diario que a pesar de ser nocivos para la salud y que no son de primera necesidad, su precio no está regulado y se incrementan conforma a la oferta y la demanda. Como ejemplo, está el precio de los siguientes productos:
Cajetilla de cigarros precio promedio dependiendo de la marca: $53.00
Encendedor: $10.50
Coca-Cola 600 mil en tiendas Oxxo: $13.50
Sabritas 45 gramos oxxo: $15.50
Agua embotellada de 600 mililitros oxxo: $9.50
Helado Eskimal vainilla: $18.50
Mac trio promoción (mini vaso de refresco, mini hamburguesa, mini papas fritas: $39.00
Gansito marínela: $11.00
Entrada al cine de lunes a jueves: $44.00
Como se puede observar, absolutamente todos estos precios son mayores a los $6.00 que se cobran en el transporte desde hace casi ocho años.
Obviamente, ninguno de esto precios era el mismo en enero del 2011, porque, con excepción del transporte en Puebla, absolutamente todos los precios se han incrementado; pero debe quedar muy claro que el aumento de los precios no ha sido responsabilidad de los transportistas, como tampoco lo es que los salarios no se hayan incrementado en la misma proporción que lo han hecho los precios de los productos.
Pero además, debe quedar muy claro que los transportistas, igual que todos, también tienen una familia con necesidades básicas que satisfacer. Los transportistas de ninguna manera son responsables de la forma en que se ha gobernado a este país. Por eso apelan a la comprensión, y al juicio objetivo tanto de los usuarios en particular, así como de la ciudadanía en general.
A T E N T A M E N T E
A nombre de la Coordinadora del Transporte en el Estado de Puebla
C.P. Arturo Loyola González