De los candidatos y candidatas a las gubernaturas de Morena que se disputarán en nuestro país en las elecciones del próximo dos de junio; una de las que mayores dolores de cabeza le está dando al presidente López Obrador y a la dirigencia nacional de Morena, es la de la ex secretaria de energía Rocío Nahle postulada en el estado de Veracruz, quién no sólo es mal vista por no haber nacido en el estado y buscar esta posición, por haber obtenido la mayoría de votos en la encuesta aplicada por el partido en dicho estado, aunque desde meses antes se veía venir como una imposición del presidente para compensarla por la labor desarrollada en la construcción de la refinería de dos bocas, que a la fecha no está concluida y cuyo costo se ha triplicado, de acuerdo al proyecto inicial presentado por AMLO.
La situación de la candidata y las denuncias sobre las propiedades de ella y de su esposo José Luis Peña, en Veracruz, la ciudad de México, Monterrey, en Central Park en New York, denunciadas en redes sociales por el empresario veracruzano Arturo Castagné, quién incluso ya presentó una denuncia penal ante la Fiscalía General de la República en contra de Nahle y su esposo por el delito de enriquecimiento inexplicable que seguramente al igual que otras denuncias presentadas en contra de candidatos de Morena, dormirá el sueño de los justos en la fiscalía que dirige Gertz Manero y que sólo se activarán si el presidente así lo ordena.
La postura de Nahle desde el principio del inicio de las denuncias en redes sociales e información difundida por dicho empresario, ha sido la de victimizarse, acusando de que es una campaña negra, manejada por el candidato de la oposición José Yunes Zorrilla quién busca por con estas denuncias que baje la ventaja en intención de voto que tiene actualmente y que es de más de 15 puntos en la intención de voto.
Sin embargo, el ánimo de gran parte de la población es de votar ahora por el candidato opositor, en primer lugar por los pésimos resultados de la gestión del actual gobernador Cuitláhuac García y por la ola de inseguridad y violencia que azota el estado, así como el amplio dominio de los carteles del narcotráfico que controlan una gran parte del territorio veracruzano, por lo que en las proyecciones de triunfo que tiene la dirigencia nacional de Morena para el dos de junio, Veracruz es uno de los estados en los que saben que posiblemente se pierdan, no sólo por las denuncias y acusaciones contra la candidata, sino por el hartazgo que tiene gran parte de la población por los problemas que aquejan al estado, los que no han sido resueltos por los programas sociales del presidente únicamente, ya que el actual gobierno estatal es de los peor evaluados a nivel nacional.
Resulta evidente, que Nahle, ha incumplido los principios de la 4T de no mentir, no robar y no traicionar y hasta el mismo presidente López Obrador, enfrenta la disyuntiva de cambiar a la candidata, por el riesgo que implica no sólo perder las elecciones en Veracruz y colocar una sustituta para tratar de rescatar la mayor cantidad de votos o de dejarla a que llegue a las elecciones, para ver si en una de esas con una buena operación política se logra ganar, aunque los números se cierren, de tal manera que la elección se defina en los tribunales.
Por ahora la candidata es conocida entre los veracruzanos como la sábila: porque cada día se le conocen un mayor número de propiedades no curativas, sino en su patrimonio familiar.
En mi opinión, de acuerdo a la forma de conducción del gobierno y de la dirigencia nacional de Morena, las denuncias en contra de Nahle, no tendrán mayores efectos, que los mediáticos y se ve muy difícil qué a estas alturas de la contienda, se le pida abandone la candidatura, aunque la denuncien de los más graves delitos.
Lo anterior se demuestra con el discurso de la candidata presidencial Claudia Sheinbaum en su última gira el 25 de abril en Tuxpan Veracruz, donde estuvo acompañada por Nahle y públicamente le dio su respaldo y anuncio el Proyecto para reducir la pobreza, desigualdad y crear más empleo con lo que queda claro que es más fuerte el compromiso de apoyar a Nahle, que la percepción y delitos que haya cometido al frente de la Secretaría de energía en el actual gobierno.
Así que Nahle y su familia, que nunca podrían justificar el enriquecimiento que han tenido los últimos cinco años a la fecha y de los negocios que llevaron a cabo con empresas de reciente creación a las que les otorgaron contratos multimillonarios mediante el influyentismo y la opacidad, pueden dormir tranquilos, porque mientras el manto protector del presidente, de la dirigencia nacional de Morena y de la candidata presidencial los cobijen, pueden lograr ahora ganar la gubernatura de Veracruz y seguir obteniendo jugosos ingresos, ahora a costa del presupuesto del estado que pretenden gobernar.
¡Los veracruzanos tienen el dos de junio la última palabra¡