En el bunker de Eduardo Rivera Pérez se escuchan sollozos.
La sombra de la desgracia electoral abraza al PAN, PRI y PRD.
Sus cercanos se empiezan a arrepentir de haber entrado en la aventura de buscar la gubernatura de Puebla. Y es que, la deplorable administración municipal de Lalo en dos períodos, le ha costado el repudio ciudadano y críticas de los propios integrantes de la coalición formada por un agonizante PRI liderado por los impresentables Alejandro “Alito” Moreno y Néstor Camarillo; un soberbio PAN que vende candidaturas al mejor postor a través del mercader Marko Cortés; y un destartalado PRD que huele a muerto.
Todavía no empieza la campaña y ya reniegan de su candidato toluqueño que nunca ha querido a Puebla, más que para hacer negocio. Hay que agregar que el exedil tendrá que enfrentar una serie de pecados que tienen que ver con la corrupción e impunidad y, con él, Adán Domínguez, desfiguro de presidente municipal suplente.
A estas malas señales, se ha sumado otra bastante preocupante: la incorporación de Juan Manuel Colín García, diputado federal suplente de Mario Riestra Piña, al equipo de Alejandro Armenta, engordando las deserciones vistas con Silvia Tanús, Jorge Estefan Chidiac, diputados locales que dejaron solo a Néstor Camarillo, presidentes municipales que renunciaron al PRI encabezados por José Luis Márquez y ediles auxiliares que no quieren saber nada del represor Eduardo Rivera.
Si algo faltara, hoy, aparece otra encuesta nacional que confirma la ventaja de 20 puntos de Alejandro Armenta sobre Eduardo Rivera. Y conste que el porcentaje es mesurado, sin saña.
Lo dramático es cuando se observan los números de La Encuesta.mx que reafirma lo que han dicho RUBRUM, que advierte que Armenta es líder en todos los rubros 2 a 1; la encuesta de encuestas que valoró el estudio de Metrics, Mendoza Blanco y Asociados, Electoralia, GobernArte, Mitofsky, Indicadores, Enkoll, Massive Caller, situando al senador con el 61 por ciento de las preferencias.
Es prácticamente imposible revertir las tendencias cuando faltan menos de 4 meses para la elección del 2 de junio.
Ante el inminente desastre, Rivera Pérez se apura a decir que volteó la tortilla en 2021, derrotando a Claudia Rivera Vivanco. Triste fundamento, porque las condiciones fueron otras. Si bien la exalcaldesa dejó mucho que desear en su administración, lo que prevalece en la percepción actual es que, el toluqueño es detestado por priistas, panistas y perredistas; han sido frustrantes sus gestiones como presidente municipal; es ligado con el morenovallismo del que fue títere; privatizó servicios municipales como la vía pública con los parquímetros y el agua potable; la inseguridad en Puebla capital ha acabado con la tranquilidad de los ciudadanos, el turismo nacional y extranjero.
Rezaba Rivera por no enfrentar a Armenta. Vaya, hasta operó para que la encuesta interna de Morena del 10 de noviembre de 2023 le favoreciera a otro.
Triste su realidad: Eduardo Rivera tiene ante sí a un político de altos vuelos, muy completo, talentoso y reconocido a nivel nacional. Tendrá que resignarse ante la superioridad manifiesta de Alejandro Armenta.
El ciclón armentista será implacable el 2 de junio de 2024.
POSDATA: “Alito” Moreno hizo el ridículo al anunciar la expulsión de diputados, presidentes municipales y auxiliares priistas. No hacía falta, ya habían renunciado.
POSDATA 2: Falta que haga lo mismo Marko Cortés, quien ya recibió reclamos de dirigentes estatales del PAN que han sido marginados en la selección de candidatos. La desbandada panista es palpable.
“Alito” y Marko, se despacharon con la cuchara grande negociando candidaturas, asegurando su futuro personal y el de sus achichincles.
Son unos desvergonzados.
Pobre Xóchitl Gálvez.
POSDATA 3: ¿Por qué “Alito” no expulsó a Enrique Doger Guerrero por haber servido al morenovallismo y pedir ser aceptado en Morena, acudiendo a varios de sus eventos masivos y privados en un acto de buena voluntad?
¿Y por qué no hizo lo mismo con José Juan Espinosa Torres, el mismo que trabajó para Rafael Moreno Valle Rosas y Enrique Doger Guerrero; cambió el PRI por Convergencia, hoy Movimiento Ciudadano; se pasó a Morena y ahora regresa al Revolucionario Institucional, siendo recibido por el farsante Néstor Camarillo, aceptándolo de candidato a diputado?
¡Qué cosas!, ¿no?
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