De 2011 a 2014, Eduardo Rivera Pérez fungió por primera vez como alcalde, engañando con su fracasado programa estrella de bacheo que presentó como la panacea que aliviaría las necesidades de colonias, barrios y juntas auxiliares, sellando su gestión infame suscribiendo la privatización del agua potable a Concesiones Integrales con un contrato leonino a 30 años.
El militante del PAN, perteneciente a la secta de El Yunque, fue un iluso pretencioso que hizo el ridículo como el presidente municipal más ineficiente y mentiroso de la historia. Fue incapaz de ver la realidad, viviendo en una utopía lastimosa, fungiendo siempre como el sirviente de Rafael Moreno Valle Rosas y aceptando que cada 15 de septiembre fuera relegado ante la desesperación de su equipo de trabajo que criticaba su falta de cojones.
Rivera Pérez, se despertaba con la instrucción salida de Casa Puebla: Su agenda debía basarse bajo las órdenes de Rafael, empezando por lustrarle el calzado; agachar los ojos ante la mirada del gobernante; decir que sí a todo; cero contradicciones y salir a la calle sin aspavientos, luciendo una figura gris, tan gris como sus cuentas públicas y su inhabilitación que después fue negociada penosamente.
En su segunda oportunidad de servir a los poblanos, aprovechando una administración débil de Claudia Rivera Vivanco, ha vuelto a fracasar. Nuevamente sacó el bacheo como su programa más relevante y, sin embargo, la capital es una alberca gigante; ha privatizado la vía pública y el alumbrado; el agua potable que prometió revertir en su concesión, sigue siendo explotada, enriqueciendo a unos cuantos; encarcela a presidentes auxiliares; persigue a comerciantes ambulantes; gasta más de 3 mil millones de pesos en sueldos y caprichos, de un presupuesto de 6 mil; la inseguridad es alarmante hasta en los portales; ha eludido la vida criminal que se ha apoderado de Puebla.
A pesar del panorama desolador sembrado por Eduardo Rivera, ahora quiere ser gobernador, sin percatarse que no ha podido superar su papel de iluso pretensioso que va a fracasar rotundamente ante Alejandro Armenta y la coalición gigante que encabeza Morena.
Su triste realidad le ha llevado a requerir los servicios de la pandilla de hampones disfrazados de periodistas, Mario Alberto Mejía, Zeus Munive, Adán Morales, Edmundo Velázquez, Gerardo Pérez García, Carlos Castillo y otros tantos que sirvieron a Ignacio Mier Velazco y que quieren ganar por todos lados.
Rivera Pérez, ya se registró como precandidato y han llegado panistas de México para decirle que cuente con su apoyo, aunque, irónicamente, Javier Lozano Alarcón advierte la necesidad de voltear para otro lado.
POSDATA: Fernando Manzanilla, está entregado a Lalo Rivera; lo mismo los periodistas mencionados que entran y salen del palacio municipal, como también Ignacio Mier Bañuelos, que a lo mejor se confunde con el ayuntamiento de Tecamachalco.
POSDATA 2: Mientras Ricardo Gali, sobrino de Toni Gali Fayad, trabaja a favor de Eduardo Rivera, Tony Gali López está enfundado en la camiseta del Verde Ecologista que forma parte de la coalición monumental que lidera Morena.
POSDATA 3: Usted verá en el proceso electoral de Puebla, que arranca con las precampañas el 25 de diciembre, una serie de traiciones como nunca. No basta la buena voluntad y la intención firme de convocar a la unidad.
POSDATA 4: Cabe mencionar en este espacio el triunfo del América sobre los Tigres, con un polémico arbitraje que, por supuesto, defenderán los seguidores de las Águilas. Es su título número 14. ¡Felicidades! Ni hablar.
Miguel Layún se despidió del fútbol con el triunfo en la mano.
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