Me resisto a pensar mal sobre las razones que tuvo Morena para postergar hasta el 10 de noviembre el resultado de la encuesta que definirá a 9 candidatos de igual número de gubernaturas.
Lo atribuyo a que tiene dudas en algunos Estados, no a modificar arbitrariamente el resultado que está listo desde el inicio de la semana que concluye hoy. No creo en la intención de alterar la voluntad ciudadana, eso sería ir en contra de los propios preceptos morenistas de que el “EL PUEBLO QUITA, EL PUEBLO PONE”.
Imposible soslayar la opinión del presidente Andrés Manuel López Obrador y de la coordinadora nacional para la defensa de la cuarta transformación, Claudia Sheinbaum; sin embargo, se debe citar que ambos han sido reiterativos en señalar que “EL PUEBLO MANDA”.
Yo, sintetizaría en algunos puntos lo que está sucediendo desde el viernes 27 de octubre en que decidió Morena diferir los resultados y lo que podría acontecer el 10 de noviembre si se dan resultados “extraños”.
1.- Los únicos aspirantes con amplia ventaja en todas las encuestas nacionales de prestigio y credibilidad son Alejandro Armenta, en Puebla y Javier May, en Tabasco. No hay ninguna duda: su liderazgo es abrumador sobre los demás contendientes en la encuesta interna.
2.- Tanto Alejandro como Javier, acrecentarán su delantera porque siguen trabajando cerca de la gente, confiando en la democracia y honestidad de su partido.
3.- Los ciudadanos de Puebla y Tabasco ya decidieron y no aceptan por ningún motivo la guerra sucia y la propaganda falsa de aspirantes que se resisten a perder.
4.- En Puebla y Tabasco NO existe una mujer participante en el proceso interno que sea competitiva con posibilidades de ganar a los candidatos del Frente Amplio. Ni siquiera los hombres le hacen sombra a Armenta y May.
5.- Alejandro Armenta, crecerá su ventaja en los estudios de opinión y es el único que vencería en la elección constitucional de 2024 a Eduardo Rivera Pérez, quien es el mejor posicionado por la coalición PAN-PRI-PRD en Puebla. Las casas encuestadoras lo confirman.
6.- Javier May, tampoco debe tener problemas en la interna. Como Alejandro, va en caballo de hacienda.
7.- Si hay dudas en Morena, tengo la seguridad que es en la Ciudad de México, donde Omar García Harfuch y Clara Brugada están echando el resto, con la diferencia de que la alcaldesa de Iztapalapa es competitiva y con posibilidades de triunfo.
8.- Lo mismo sucede con las candidaturas de Chiapas, Yucatán y Guanajuato, donde se cerró la distancia entre aspirantes, crecido las mujeres en preferencia e intención de voto.
9.- Columnistas nacionales y analistas políticos vaticinan que, si los resultados no son confiables o se detectan injusticias, habrá un tsunami provocado por el descontento popular que se reflejaría en las urnas el 2 de junio de 2024.
10.- Por lo que respecta a Puebla, no son suficientes 13 días para cambiar la decisión de los poblanos que esperan a Alejandro Armenta como el coordinador estatal para la defensa de la cuarta transformación. Repito: los ciudadanos que emitieron su voto y nada lo cambia.
11.- En la misma posición que el poblano está el tabasqueño Javier May, quien también tendría una victoria contundente en 2024.
12.- Cucharear encuestas a estas alturas es por demás. Lo lamentable es que se pre$ten algunos medios de comunicación y estudios de opinión de dudosa calidad moral.
13.- Las candidaturas se ganan con trabajo, trayectoria, capacidad y méritos, no comprándolas ni por amiguismo ni por equidad de género. No se confunda esta verdad con misoginia y misandria.
POSDATA: Acostumbrado a tener entre sus filas de seguidores a docenas de pillos y delincuentes, Ignacio Mier Velazco invitó a Gloria Trevi a la Cámara Baja a avalar la aprobación de una ley contra la trata de personas.
La ignorancia y cinismo del diputado plurinominal no le permitieron saber que la cantante, ex pareja de Sergio Andrade, estuvo en la cárcel de Brasil y luego fue extraditada por pertenecer precisamente a una banda de trata de personas, entre otras linduras.
Gran indignación causó entre los mexicanos, igual que aquella vez en que Ignacio Mier protegió al violador de jóvenes Saúl Huerta Corona, señalando que en sus ratos libres su homólogo podía hacer lo que quisiera. ¡Fíjate qué suave!
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