¿La calle siempre ha sido de la izquierda? No, la calle siempre ha sido de los mexicanos que han buscado en todas las épocas de la historia reciente de nuestro país un cambio verdadero.
En la revolución las calles se volvieron campo de batalla entre quienes buscaron que cayera el gobierno de Porfirio Díaz y los que querían conservar un régimen autoritario.
Posteriormente, la reconciliación nacional se manifestó con la creación de las primeras instituciones públicas que dieron cauce a las demandas ciudadanas y que originaron el movimiento revolucionario: educación para todos, tierra y libertad.
La educación socialista de los primeros años de la postrevolución promovió un modelo educativo que permitió un rápido avance en el desarrollo de las habilidades que habían sido negadas para el grueso de la población.
Pronto la conciencia colectiva despertó el deseo de la sociedad de tomar nuevamente las calles, esta vez para exigir mejoras en el sistema educativo nacional, después ocurrieron el movimiento del 68 y las fuertes movilizaciones sociales de los años 70 y 80.
La izquierda mexicana no existía en ese tiempo, ya que su legalización se dio hasta 1977 con la reforma en materia electoral que permitió a los partidos con esa ideología participar en los asuntos del país.
La calle no ha sido siempre de la izquierda, ha sido de la sociedad, quien se ha manifestado ante la injusticia, la opresión, y en este caso, el intento de destruir una institución que ha sido garante de la democracia del México reciente, el Instituto Nacional Electoral (INE).
La marcha del pasado domingo 13 de noviembre se replicó en alrededor de 60 ciudades del país, y en algunas naciones del mundo como España o Canadá, con la intención de exigir a los diputados federales votar en contra de la reforma constitucional.
La convocatoria fue tan amplia que el próximo 27 de noviembre se realizará una marcha para apoyar al Gobierno federal actual, y en consecuencia, las políticas que ha aplicado en los últimos años, aunque éstas hayan provocado que México reduzca su índice de desarrollo humano con una drástica caída en la esperanza de vida de cinco años y un ingreso per cápita de -6.5 por ciento, según la medición 2021-2022 de la ONU.
La defensa de un modelo de Gobierno así difiere con lo que el pueblo de México siempre ha luchado, mismo que no se ha identificado con ideología política alguna sino con un país próspero para todos.