A casi 50 años de haber presentado el escudo que le da identidad a los equipos deportivos de la Universidad Nacional, Manuel Andrade no siempre ha recibido el reconocimiento por su creación
Israel Aguilar Esquivel25 de Octubre de 2022Manuel Andrade Rodríguez es el autor del logo que da identidad a los Pumas de la UNAM en la actualidad (Foto: Infobae México)
A la par del prestigio académico que ha forjado a lo largo de los años, uno de los rasgos con mayor poder identitario de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es el escudo de sus equipos deportivos. Si bien es portado por atletas de diversas disciplinas, su reconocimiento fue impulsado gracias al equipo de futbol de la Liga MX. Se ha dado a conocer como uno de los diseños más bello pero su creador, el Pajarito Andrade, no ha recibido siempre el mismo reconocimiento.
En medio de bastidores recargados en las cuatro esquinas de la sala comedor, con paso lento, Manuel Andrade se abre paso para situarse en el lugar mejor iluminado de su vivienda. Decenas de pumas coloreados con un sinfín tonalidades, y sometidos a diversas formas geométricas después de un arduo proceso creativo, atestiguan un día más en la vida de su pintor.PUBLICIDAD
La mesa, repleta de frascos rellenos con pinturas multicolores y medicinas necesarias para paliar las dolencias que, por la edad y el largo camino recorrido, aquejan al Pajarito, es el último obstáculo antes de sentarse en el patio exterior de su condominio. Después de recordar pasajes de su más reciente cumpleaños, el 17 de septiembre de 2022, y los viajes por diversos países alrededor del mundo, don Manuel comenzó a relatar algunos de los sucesos más relevantes de su vida.
“Estoy bien, dentro de lo que cabe. No me quejo porque puedo hablar. Es el mayor don que me dio la naturaleza”, pronunció a Infobae México Manuel Andrade Rodríguez, quien a pesar de no haber registrado signos vitales tras su llegada al mundo, hace 78 años en Tocumbo, Michoacán, se convirtió en la mente que imaginó por primera vez el icónico puma azul y oro impreso en innumerables prendas y objetos.
Mixcoac le dio la bienvenida a la Ciudad de México en 1948, pero meses después, y durante los siguientes 14 años, se mudó a la colonia San Rafael. Ahí, en el barrio más antiguo de la capital recibió el apodo que lo ha acompañado a lo largo de su historia y pudo convivir con grandes figuras deportivas como Antonio La Tota Carbajal, así como referentes intelectuales de la talla de León Felipe, Dolores del Río y Renato Leduc.
A la par que pudo relacionarse con personajes trascendentales en diversos ámbitos de la vida en México, sin saberlo, el Pajarito descubrió una afición que lo llevaría a ocupar el mismo peldaño. A través del dibujo autodidacta y el diseño logró descubrir una disciplina que, de acuerdo con sus palabras, implicó una apertura a la vida.
“El diseño se me dio natural. No soy diseñador. Desde chico yo hacía dibujitos y me gustaba sintetizar las imágenes como Charlie Brown, Snoopy, Mafalda, el Ratón Miguelito, Pluto. Me gustaba cómo se veían simples y tenían todo. Eran completos. Desde chico yo concursaba, a veces no la ganaba pero me ganaba una paletita”
En los primeros años, su faceta como diseñador no cobró tanta relevancia, por el contrario, dedicó su tiempo a la práctica del atletismo y al estudio. Formó parte del equipo olímpico mexicano donde llegó a ser suplente, aunque también finalizó sus formación en el bachillerato en la Escuela Nacional Preparatoria y, posteriormente, se enroló para formarse como historiador del arte.PUBLICIDAD
Otra de las ocupaciones que lo ayudó a fortalecer y retroalimentar sus capacidades en el dibujo fue la impartición de clases en la Escuela de Diseño y Artesanía (EDA) de la Ciudadela. En ese lugar tuvo más contacto “con gente con vocación y diseñadores”, pero más adelante pudo trabajar con Pedro Ramírez Vázquez, Eduardo Terrazas e, incluso, Lance Wyman, quienes confeccionaron el Logotipo de los Juegos Olímpicos de México 1968.
¿Cómo fue que diseñó el escudo de los Pumas?
Una de las amistades que forjó como atleta en el Comité Olímpico Mexicano (COM) fue crucial. Alejandro Cadavel Torres, quien en años posteriores se convirtió en Director de Actividades Deportivas y Recreativas, lo recomendó con el entonces rector de la UNAM Guillermo Soberón Acevedo debido a su talento como dibujante y diseñador. Su encomienda no fue sencilla, pues trató de la confección de un nuevo escudo representativo para la institución universitaria en 1973.
El ánimo de proponer un diseño digno con el puma, ideado por Roberto Tapatío Méndez como elemento central de la institución, lo orilló a estudiar a detalle la fisonomía y conductas del felino. Para ello resultó oportuna la cercanía de su vivienda con el zoológico de Chapultepec, pues cada vez que pasaba por ahí aprendía nuevos rasgos acerca del animal.
Su idea del diseño encomendada era anárquica y disruptiva pero algunas personas cercanas lo criticaron. Los inconformes propusieron diseños basados en el escudo vigente entre 1962 y 1970, que consistía en el rostro de un puma sobre un balón de 18 gajos en el fondo, pero él lo catalogó como “el más feo”. En su lugar, mantuvo su idea de plasmar una forma lejana a la copia caricaturizada del rostro del animal y su atrevimiento le permitió incluir otros elementos significativos.
Después de la elección de entre más de 900 bocetos, el Pajarito presentó 16 finalistas ante las autoridades universitarias. Fue así que el 14 de septiembre de 1973, decidieron cuál sería el escudo definitivo. La presentación oficial se realizó el 20 de abril del siguiente año durante una entrega de reconocimientos a académicos y deportistas, a quienes se les otorgó un distintivo de oro y brillantes con el nuevo distintivo.
En el diseño, el Pajarito conjugó elementos como la U de la Universidad, los colores azul y oro que la institución exportó del equipo de futbol americano Fighting Irish de la Universidad de Notre Dame y el puma. La figura se encuentra envuelta por un triángulo y en cada uno de los lados está representada la docencia, investigación y difusión cultural; es decir, las tres tareas y razones fundamentales de la UNAM.
En principio, Andrade pensó en el escudo como un elemento representativo con caducidad máxima de una década. Sin embargo, la sutileza y simple elegancia de sus trazos ha perdurado por más de cuatro. A pesar del éxito, su trascendencia en el tiempo y que es el coautor del símbolo junto con la Universidad Nacional, la institución no siempre le brindó beneficios de algún tipo.
“Ellos me tratan bien cuando quieren porque son la autoridad. Hubo un tiempo que hasta me hacían el feo. Dejé de ir 23 años al estadio porque me sentía culpable de haberles diseñado un logo que identifica al equipo y a la UNAM, porque la gente se deja llevar más por el logo que por el escudo académico (…) Fueron como 42 años que no recibí apoyo”
No fue sino hasta el año 2016, cuando el polémico Rodrigo Ares de Parga asumió la presidencia del patronato, que Manuel Andrade comenzó a recibir el apoyo económico de MXN 5 mil por cada partido disputado en el Estadio Olímpico Universitario, aunque no se comparó con los ingresos que percibe la institución por el uso del escudo.
“Yo pienso que están cambiando un poco desde el momento en que Ares de Parga dijo ‘vamos a darle cinco mil pesos por cada partido en CU’, pero es una bicoca porque ellos cobran del logo millones de dólares, no de pesos de dólares, todos los sponsors, las playeras, los uniformes, todos los representantes de Pumas dan muchísimo dinero”.
Ante la injusticia del pago recibido, en el año 2016, Manuel Andrade amagó con demandar al equipo para recuperar el monto que no recibió a lo largo de 42 años por el uso y comercialización del escudo que él diseñó.
“Nunca demandé ni he demandado yo lo único que buscaba era llamar la atención para platicar con ellos pero nunca aceptaron, pero sí aceptan dar unas chirolitas, unas monedas. Quiere decir que tienen cola que les pisen a todos los que han sido presidentes del patronato”.
El apoyo que Andrade recibe actualmente de la directiva de los Pumas de la Universidad Nacional es de dos boletos por encuentro como local. Sin embargo, su mermada condición de salud no siempre le ha permitido acudir al recinto deportivo y soportar el ajetreo al interior. De hecho, en diversas ocasiones ha sido víctima de los estragos derivados de una caída en el año 2017.
“Sí me ayudaron, pero ahora yo me doy cuenta que ahora sí realmente necesito (apoyo económico) porque tengo ese miedo de atorarme en un lugar. Yo creo que como defensa de mi organismo no duermo, estoy esperando la guadaña. Yo he tenido ataques catatónicos, se siente horrible. Te quedas como el estrangulador de Boston, parado por horas y no puedes moverte. Las piernas te tiemblan y no sabes cómo te vas a caer (…) no tienes manejo de tu cuerpo cuando estás catatónico y ya me ha tocado (en la calle)”.
¿Por qué sigue pintando el Pajarito Andrade?
Su principal ocupación en estos días es la confección y diseño de nuevos cuadros alusivos a la institución universitaria para su venta. Dicha actividad, además de generarle un ingreso por la venta esporádica de sus cuadros en el estadio Olímpico Universitario o por contacto con sus amigos y familiares cercanos, le ayuda a mantenerse en actividad mental constante.
“Estoy pintando porque es la única manera de que no me lleguen los ratones paranoicos a la mente. Si tú no trabajas tú mismo te arruinas tu vida. De otra manera tú la dignificas”
A pesar del olvido que padeció durante los primeros 42 años de vida del puma azul y oro, el Pajarito Andrade ya está planeando un nuevo diseño para rendir homenaje a su obra artística más importante en el marco de su 50 aniversario.
“Como le dicen pueblerinamente, (el puma) es el caballito de batalla. Me ha abierto muchas puertas. Ahorita voy a hacer, voy a adelantarme a ver si no me hace daño, ya lo tengo casi resuelto. Es un logo de los festejos del cincuentenario del puma. Ahorita lleva 48 años, el 20 de abril (de 2022) cumplió 48 años, ya casi me alcanza el puma en edad, un día me va a rebasar”.
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