En diversos momentos de la historia reciente de nuestro estado, el Gobierno ha querido manejar el sistema de transporte sin éxito.
Actualmente la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA) opera con subsidio, pues a pesar de que cobra 7.50 pesos, el valor real que tiene que pagar cada usuario es 11.50 pesos, diferencia que es cubierta por la administración actual, beneficiando a las empresas privadas.
Sin este apoyo, el sistema de transporte simplemente no podría subsistir; sin embargo, este beneficio tampoco llega a los denominados hombres camión, que aportan aproximadamente 30 mil unidades para cubrir la necesidad de movilidad de los poblanos.
La exigencia de los ciudadanos debe ir acompañada de acciones. Dueños de las rutas 1, 23, 67, 68, 18 y Tepetzala coinciden en que algunos usuarios muchas veces dan mal uso del servicio: rompen o marcan cristales, así como asientos, los desprenden o hacen pintas en las paredes, acciones que no son responsabilidad de los concesionarios, mientras que de la capacitación es una obligación propia de los responsables de dirigir los asuntos del transporte.
Ejemplifican que mientras se exige un servicio de calidad, no hay condiciones urbanas óptimas para trazar largas rutas, la construcción desordenada de las ciudades ha obligado a que existan diversas vías.
Por otro lado, la compra de nuevas unidades requiere el doble de inversión porque las empresas productoras han elevado sus costos finales, incluso duplicado el precio, por causa de los efectos de la pandemia y del aumento sostenido de los combustibles. Adquirir un camión cuesta alrededor de dos millones de pesos, tres, cuando se compra a crédito.
Los servicios que reciben cada 90 días las unidades pasaron de dos a tres mil a seis y hasta 7 mil pesos. Otra de las herramientas necesarias para circular son las llantas, las cuales deben ser renovadas cada 80 mil kilómetros, con un costo que tuvo una variación de 6 mil a 9 mil pesos, sin que ello pueda ser controlado.
Ante los naturales aumentos en los costos de todos los precios porque el Gobierno Federal no quiso bajar la gasolina a 10 pesos el litro como prometió, es legítimo, aunque incómodo que los “hombres camión” soliciten un aumento a la tarifa del pasaje o no privarlos del subsidio que gozan las compañías encargadas del sistema de transporte morenovallista.