El equipo de Pep Guardiola, que llegaba con ventaja a la última fecha, superó por 3-2 al Aston Villa luego de ir perdiendo 2-0. Los de Jürgen Klopp vencieron 3-1 a los Wolves, pero no les alcanzó.
El Manchester City revalidó el título de la Premier League en un partido para el infarto. Los de Pep Guardiola y los aficionados citizens transitaron por todos los estados de ánimo: alegría, desesperación, agonía y felicidad, y en cinco minutos pasaron de estar a punto de quedarse con las manos vacías a asegurar la liga inglesa.
El Etihad Stadium fue el escenario de un duelo agónico en el que a los 68 minutos el marcador reflejaba un 2-0 en contra con goles de Cash y Coutinho. Sin embargo, el Aston Villa no aguantó la presión y Gundogan (por partida doble) y Rodri revirtieron el resultado y refrendaron el 3-2 definitivo.
En Anfield se vivió una situación similar ya que los de Klopp también dieron vuelta el marcador al empezar cayendo por 1-0. Pese a la victoria Red por 3-1, el Manchester gritó campeón en una temporada que nuevamente se definió por un punto de diferencia.
A los dos minutos del inicio del partido los fanáticos del Manchester City ya comenzaban a festejar, no por lo que sucedía en el Etihad Stadium con su equipo, sino por lo que pasaba en Anfield, ya que allí, el Wolves abría el marcador con un tanto tempranero de Pedro Neto.
Los de Pep Guardiola, en tanto, no quisieron distraerse con lo que ocurría en Liverpool y siguieron presionando, buscando ese gol que les diera mayor tranquilidad. A los 10 minutos, los equipos no se sacaban ventaja pese a que los locales se adueñaron de la posesión del balón.
La primera llegada de peligro fue para el City con una corrida de Kevin De Bruyne que, tras resbalarse en el borde del área, acabó en un tiro cruzado de Phil Foden el cual pasó muy cerca del palo derecho. Mientras esto sucedía en Manchester, Sadio Mané igualaba el marcador para el Liverpool (1-1).
La sorpresa iba a llegar a los 37 minutos del primer tiempo. A pesar de que el City era el claro dominador del partido, en el primer ataque del Aston Villa llegó el gol que puso suspenso a la definición. Tras un centro de Lucas Digne, el polaco Matty Cash ingresó por el medio y conectó un cabezazo imposible para Ederson.
Se vivieron momentos de mucha tensión durante el descanso en Manchester. Si bien el resultado parcial con el que se retiraron a los vestuarios todavía le servía para ser campeón (por diferencia de gol), el City se retiró obligado a convertir rápidamente en la segunda mitad. Del otro lado, con el empate, el Liverpool iba a empezar el segundo tiempo con el objetivo de marcar y ponerse en ventaja para dar vuelta la definición.
En el complemento, con el ingreso de Zinchenko por Fernandinho, los de Guardiola tuvieron cuatro ocasiones de peligro. Los locales salieron decididos desde el inicio, sin embargo, los corazones citizens se detuvieron por unos segundos con un contraataque del Aston Villa a los 54 minutos, cuando Watkins tuvo el 2-0 en sus pies y una buena salida de Ederson le ahogó el grito.
Con el correr de los minutos la presión constante de los locales se fue desvaneciendo en un ambiente en el que comenzó a reinar la desesperación. El buen retroceso de los dirigidos por Steven Gerrard empezó a incomodar a los de Guardiola, que continuaron insistiendo, pero sin demasiado peligro.
A los 68 minutos el grito de gol se escuchó por partida doble. Tras un largo saque de Olsen, la pelota le quedó a Philippe Coutinho que controló de manera perfecta, se metió al área por la banda izquierda y definió al primer palo. Lo gritaron los fanáticos del Aston Villa y los del Liverpool en Anfield, quienes todavía esperaban un tanto de su equipo para empezar a soñar con la Premier League.
Pero a los 75 minutos iba a suceder lo inesperado cuando los aficionados locales empezaban a preocuparse por el juego del equipo y el cero en su marcador. A falta de un cuarto de hora para el final, Gündoğan (ingresó desde el banco) puso el 2-1. El grito envalentonó a los de Guardiola que volvieron a presionar como al comienzo al punto que, dos minutos después del tanto del alemán, llegó un remate de Rodri desde afuera del área con el que igualaron el resultado.
El Etihad Stadium explotó a los 80 minutos cuando en una ráfaga de buen fútbol, İlkay Gündoğan volvió a marcar. Tras un centro por abajo de De Bruyne, el ex Dortmund llegó por atrás y empujó la pelota para revertir la situación. Pese a los goles del Liverpool (A los 83 y a los 87 para el 3-1), los tres goles en cinco minutos hicieron que el City volviera a consagrarse campeón de la Premier League por segunda vez consecutiva.