- Capacitan a estudiantes de bachillerato de Cuautinchan para crear “Cuautinopal”
Apoyar el desarrollo de la economía local y mejorar la salud de la comunidad, son los principios básicos detrás de la creación de Cuautinopal, una microempresa que estudiantes de bachillerato de Cuautinchan fundaron con la asesoría de la Coordinación de Extensionismo Universitario, de la Dirección de Innovación y Transferencia de Conocimiento (DITCo), de la BUAP, dedicada a fortalecer poblaciones rurales de Puebla con programas de prevención, incubación y educación.
Tras un trabajo de ocho meses y gracias al apoyo de estudiantes de las licenciaturas en Administración de Empresas, Mercadotecnia, Diseño Gráfico, Comunicación, Gastronomía y Psicología, integrados en las brigadas de Extensionismo, nació Cuautinopal, que ofrece a la venta galletas y panqués elaborados con harina de nopal -planta con múltiples beneficios para la salud- cosechado en el huerto del bachillerato “Salvador Novo”, ubicado en Cuautinchan.
Lilia Verónica Gómez Galeana, coordinadora de Extensionismo Universitario, comentó que el proyecto fue posible gracias al vínculo establecido entre la BUAP y el Programa de Restauración Ambiental Comunitaria (PRAC), una iniciativa de educación ambiental participativa desarrollada por el área de Responsabilidad Social Corporativa de Cemex y el Tecnológico de Monterrey.
“Nos buscó el área de Responsabilidad Social de Cemex para dar acompañamiento a los jóvenes en el proyecto que tenían del nopal y desde el momento que llegamos se empezó a trabajar una incubación empresarial de economía social”, dijo.
Galeana Gómez explicó que para realizar esa labor, los extensionistas del DITCo de la BUAP han desarrollado durante su formación la capacidad de comprender el entorno social para presentar estrategias adecuadas a las comunidades rurales. Por esta razón ayudaron a los jóvenes emprendedores de Cuautinopal a tener una visión estratégica para comprender lo que puede favorecer su proyecto.
Capacitados para crear su empresa
Francisco Melgarejo Zempoaltecatl, coordinador de Desarrollo Juvenil de la DITCo-BUAP, fue el responsable de dar seguimiento a las asesorías de los extensionistas universitarios, a través de las cuales los jóvenes emprendedores de bachillerato establecieron su propia empresa, no sin antes pasar por varias etapas, entre las que destacó el autoconocimiento personal, ya que existían algunos problemas de funcionamiento y convivencia en el equipo.
“La primera intervención que tuvimos fue de reconocimiento; los chicos identificaron en qué punto estaba el equipo que iba a comenzar una empresa. Se empezó a trabajar en el diagnóstico y se hizo un perfil por parte de una psicóloga que identificó algunas conductas de los muchachos; una vez que se logró la armonía entre los integrantes de la empresa, se comenzaron a inducir las partes que forman una organización”, señaló.
Después de ese primer acercamiento, los extensionistas universitarios iniciaron talleres donde se comenzó a estructurar formalmente a Cuautinopal: los estudiantes de Administración capacitaron para esquematizar la empresa, generar el organigrama y el plan de negocios; los de Mercadotecnia instruyeron en el desarrollo de puntos de venta y estrategias de marketing; los de Diseño Gráfico y Comunicación trabajaron con el diseño, el logotipo, slogan, colores y tipografía; y los de Gastronomía enseñaron a preparar los ingredientes para elaborar los panqués y las galletas.
“La parte que más nos costó fue la de asignar un rol a cada chavo. A cada uno, en la etapa en la que están, les cuesta asumir un rol, y más dentro de una empresa, y sobre todo que ellos cumplieran la función de ese rol, como director, encargado de finanzas, de medios, ventas, la producción. Eso fue lo más complicado de trabajar en equipo. Ahora los jóvenes están en la parte final que es la producción; ya tienen todo el esquema de empresa, aprendieron a fondearse y van dándole la vuelta al dinero. De esta manera, terminó la etapa de incubación y asesoramiento, lo que viene es la segunda parte que es la miniaceleración de la empresa”, agregó Melgarejo Zempoaltecatl.
Para Paulette Chambers Rubio, coordinadora regional de Responsabilidad Social y Desarrollo Comunitario de Cemex, el apoyo de la BUAP ha sido vital para el desarrollo de los proyectos. Para el siguiente ciclo del Programa de Restauración Ambiental Comunitaria se espera que haya nuevamente la vinculación y que los jóvenes de bachillerato de la región tengan a la BUAP en su visión como próxima casa de estudios.
“El programa ha trabajado muy de la mano con la BUAP, con la DITCo, que nos apoyó al cien por ciento con la creación de la microempresa Cuautinopal; esperamos seguir con esa vinculación con la BUAP y todas sus áreas del conocimiento”, añadió.
Montserrat López y Adrián Ambrosio, parte de los fundadores de Cuautinopal, aseguraron que su microempresa pretende ayudar a la reintegración del tejido social y económico de su comunidad, a través de la producción y venta de alimentos derivados del nopal, una planta que genera múltiples beneficios a la salud, ya que mejora la digestión por su alto contenido de fibra, disminuye la concentración de glucosa en la sangre, o reduce el padecimiento de la osteoporosis.
“En nuestra empresa hacemos productos a base de harina de nopal; nuestro objetivo es ser competitivos, pero sin olvidar la calidad del producto; decidimos tomar ese potencial y junto a la BUAP buscamos que el mundo conozca Cuautinchan, que conozca nuestro producto y nuestra empresa”.