(Diario ABC Puebla)
Los CERESOS son auténticas escuelas del crimen. Pocos son los que ingresan y salen reformados.
No es privativo de Puebla, en todo el país suceden cosas similares.
La historia de “Tadeo”, el niño de tres meses hallado muerto en un contenedor de basura dentro del Centro de Reinserción Social, es para telenovela digna del negro sistema penitenciario, que ha obligado hoy, al Gobierno de Miguel Barbosa, a designar como nuevo Secretario de Seguridad Pública a Daniel Iván Cruz Luna y Director de Centros Penitenciarios a Jorge Pérez Melchor.
El asunto del bebé que, supuestamente, fue robado de una tumba después de haber sido enterrado por sus padres en un panteón de Iztapalapa, al morir por no aguantar una doble operación en el estómago, ha escandalizado al país, provocando todo tipo de especulaciones.
Lo mejor sería esperar una explicación lógica, después de una investigación profunda.
Ha habido relatos informativos torpes e incoherentes, como ese de decir que llegó muerto el bebé al CERESO de Puebla. Pues si lo sacaron de una tumba después de tres días de sepultado, no iba a llegar vivo o por su propio pie.
Se dijo que posiblemente se utilizó monstruosamente para introducir droga; ahora, que para realizar santería negra y que fue un recluso el que pidió se le llevara, lo que también parece fuera de un razonamiento cuerdo.
A través de los años, los CERESOS se han convertido en oficinas de extorsión, de organización de secuestros, de corredor para traficar droga, de trata de personas, de prostíbulo, llegando al grado de armar auténticos complots que buscan desestabilizar a gobiernos y tumbarlos mediante motines, escape de reos y asesinatos.
Ha sido imposible acabar con la corrupción, el hacinamiento por sobrepoblación, la complicidad de funcionarios y custodios con el crimen.
No es con Barbosa Huerta donde inicia un calvario de calamidades. Sucedió con Mariano Piña Olaya, cuando en 1988 hubo un motín que tenía como objetivo la renuncia del Director Enrique Zárate López. No todos recuerdan ese episodio que protagonizaron el ex agente de la Policía Federal de Caminos, Jorge Pellegrini y su compañero Marcos Moreno, además del temible Jorge Aldana Cabrera, asesinando a 4 elementos del Ejército Mexicano, ejecutándolos y quemándolos.
La protección del Presidente Miguel de la Madrid y el que se acercaran las elecciones presidenciales, impidió una tormenta sobre Piña Olaya.
Se dio un segundo motín, pero esta vez contra el mismo Pellegrini, quien ya se sentía el dueño de la cárcel. Muertos heridos y desaparecidos, fue el saldo.
Puebla, ocupa el cuarto lugar con mayor caso de incidentes graves, asesinatos y quejas. El CERESO, fue creado en 1984, durante el gobierno de Guillermo Jiménez Morales.
Durante la administración de Rafael Moreno Valle Rosas, se permitieron todo tipo de excesos, hasta que los penales de Puebla y Tepexi eran autogobernados por reclusos; Antonio Gali Fayad, fue omiso y complaciente con tal de que no se amotinaran. En 2019, se descubrió la prostitución de mujeres dentro del CERESO de la capital; en 2021, un reo fue muerto a golpes.
El caso del bebé Tadeo, es otra escena de terror que tendrá una explicación que no raye en un cuento chino.