*Mi más sentida consideración y a las familias Muñoz Paz y Muñoz Rodríguez. La despedida de Don Manuel Muñoz Paz, debe servir como un aliento insoslayable a lo que él deseó siempre: Respeto, unión y el cariño imperecedero entre las familias.
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COMO EN CUALQUIER gobierno, en sus diversas áreas, ayer y ahora, en la BUAP hay gente valiosa con talento, capacidad y preparación que sirvió en anteriores rectorados y que bien puede caber en el proyecto de la Doctora Lilia Cedillo Ramírez.
Estoy seguro que así será.
Que hay manzanas agusanadas, no tengo duda. Esas deben ser sacadas de la canasta.
Hablar de lealtad es complicado. En lo personal, he comprobado su existencia, si no en abundancia, no es ajena a la conciencia, pendiendo de un hilo muy delgado que pocos se comprometen a respetar y entregar de manera recíproca.
La nueva Rectora conformará su equipo de trabajo en base al razonamiento, la sensatez y el análisis de los perfiles en su trayectoria y formación. Habrá voluntades que apostarán su capital por obtener resultados dignos de las expectativas que se han levantado a su alrededor; otros, no tanto; es cuestión de visualizar con detenimiento.
Lilia Cedillo Ramírez, tiene la brillante oportunidad de cerrar una carrera de 39 años en la academia y la investigación.
La historia suele ser implacable en su juicio.
Nada me daría más gusto que triunfara por sobre los prejuicios de género o de los que ha dudan de su inteligencia y entendimiento.
La Doctora Cedillo sabrá la forma de estrechar relaciones con su equipo, con estudiantes, trabajadores, maestros e investigadores, que hará extensiva a los tres niveles de gobierno. Analizará a los personajes que le pueden rendir como asesores; a los que sepan aconsejar atinadamente lejos de decisiones viscerales, para finalmente tomar decisiones.
No todo está podrido.
Lo mismo sucede en el Gobierno de la República, en la administración de Miguel Barbosa, en la gestión que sea, sin dejar de reconocer que puede haber equivocaciones en la selección de servidores públicos, pero tiene remedio con la sustitución de los que confunden el significado del servicio público con el de la corrupción, prepotencia y soberbia.
Por lo que respecta al Maestro Alfonso Esparza, reitero mi opinión de que fue un buen Rector que superó con aciertos los yerros que pudo cometer. Le reconozco su valía, su esfuerzo por enaltecer a la universidad.
Tengo entendido que después de haber concluido la jornada electoral, recomendó a la comunidad universitaria servir y atender a la nueva Rectora Lilia Cedillo con esa lealtad que merece la representante de una de las mejores instituciones de Latinoamérica.
Fallarle a la Doctora Cedillo, es fallarle a la BUAP, a sus cimientos, a su historia, a su futuro que debe ser promisorio.
Dicen que ese fue parte del discurso que utilizó, muy cerca de grupos universitarios, en los últimos días de su gestión.
Lo creo.