Esta tradición mexicana remonta sus orígenes a la época prehispánica.
En México, una de las tradiciones más importantes que se celebran cada año es el Día de Muertos, una fiesta donde nunca faltan las ofrendas para recibir las ánimas de los difuntos que, según las creencias, regresan los primeros días de noviembre para convivir con sus seres amados. Sin embargo, en diferentes estados de la República existen varias fechas para recordar a los que se fueron.
No sólo el 1 y el 2 de noviembre: ¿qué otros días llegan los muertos?
En algunas regiones de México la celebración del Día de Muertos inicia un poco antes dependiendo de la zona, tal como lo enlistamos:
Según las creencias, los muertos llegan cada 12 horas diariamente, entre el 28 de octubre y el 2 de noviembre. Al terminar las visitas, se levantan los altares.
La celebración del Día de Muertos es una de las tradiciones más antiguas y representativas de México.https://d-14788042692598676462.ampproject.net/2109102127000/frame.html
Actualmente, muchas familias mantienen viva esta costumbre, aunque es un día que se celebra en todo el país, cada una de las 32 entidades federativas tiene su distintivo para dicha festividad
La importancia de las ofrendas para el Día de Muertos
El altar o también llamada ofrenda es un elemento importante para la celebración del Día de Muertos y es una muestra de cariño y reverencia para los seres amados que partieron. La ofrenda es el reencuentro con un ritual que convoca a la memoria.
Su principal función es recibir a los espíritus con elementos como las flores, y guiarlos a la casa de sus seres queridos con la luz de las velas y veladoras. Cada uno de estos elementos tiene un significado que hace que esta tradición sea única en el mundo.
¿Qué es el Día de Muertos?
Se trata de una festividad que une a la cultura prehispánica y a la religión católica. Los origenes mexicanos de esta ceremonia surgieron hace unos tres mil años en las etnias mexica, purépecha y totonaca.
Los antepasados celebraban dos fiestas en distintas épocas del año:
- Miccalihui Tontli, dedicada a difuntos más pequeños.
- Ueymicaihuitl, dedicada a los espíritus adultos.
Cuando los colonizadores españoles llegaron a América tacharon dichas celebraciones como paganas y como parte de la evangelización del nuevo mundo introdujeron sus propias costumbres para recordar a los difuntos. La iglesia escogió en el siglo IX el 1 de noviembre para las almas de los niños y el 2 de noviembre para los adultos.
Para los indígenas, la fecha significa el retorno de las almas de los difuntos para convivir con ellos y probar la esencia de los alimentos que se les pone en las ofrendas para recibirlos.