La celebración de académicos, investigadores y estudiantes de la BUAP por el triunfo de la Doctora Lilia Cedillo Ramírez, entró en un compás de espera.
Es sensato.
Son los últimos días de Alfonso Esparza Ortiz en el cargo de Rector y merece atención, solidaridad y el reconocimiento justo. Si tiene algunos litigios que resolver, los atenderá, pero esa es otra historia.
Han sido poco más de 8 años al frente de la institución que, desde mi punto de vista, son fructíferos, por encima de los yerros que pudo cometer como cualquier ser humano y de las confrontaciones que tuvo o tiene con la Auditoría Superior del Estado que preside Francisco Romero Serrano, el hombre que gusta pedir dinero a los Presidentes Municipales a cambio de limpiar sus cuentas públicas. Es decir, al Auditor le gusta la extorsión y para eso tiene la ayuda de sus contlapaches vestidos de Contadores regados por todo el Estado.
Imposible soslayar las discrepancias con el Gobernador Miguel Barbosa Huerta. Hay quien dice que la calma llegó entre ambos, luego de que la elección universitaria fue ejemplar, transparente, limpia, abriendo la posibilidad de una nueva era de brillantez en la máxima casa de estudios.
Esparza, siempre tendrá encima a detractores, pero nadie puede negar que la BUAP logró en su rectorado una expansión como nunca se había visto en toda la entidad; la consolidó en el plano nacional e internacional en la academia e investigación; creó confianza entre la ciudadanía; le dio solidez interna y recibió premios como reconocimiento a una de las mejores universidades del país y Latinoamérica.
Tiene derecho Esparza a darle lustre a la entrega de sus últimas obras, de ganar espacios en los medios de comunicación y de ser reconocido en su último informe, dejando el campo abierto a la gestión de la Doctora Lilia Cedillo Ramírez, a quien las luces del olimpo ya iluminan su camino que se augura exitoso.
El próximo lunes 4 de octubre de 2021 rendirá protesta como Rectora, la primera en la historia de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla.
Tendrá Lilia Cedillo Ramírez, en esta encomienda, la oportunidad de ratificar sus talentos y cerrar con broche de oro una larga trayectoria de 39 años en la vida científica y académica de la institución.