Fue en junio de 2007, cuando el empresario, Ricardo Henaine Mezher, sin tener ningún conocimiento de periodismo, presentó la “nueva etapa de EL HERALDO DE PUEBLA”.
A partir de ahí, empezó con sus grandes mentiras.
“La nueva época de El HERALDO DE PUEBLA, estará basada en una filosofía de periodismo ético, sustentada en el uso responsable de la libertad de expresión, con respeto a las personas y a las instituciones”.
Ni ética ni respeto a las personas, desde entonces en su matutino.
Su único compromiso, lo hizo ante su protector y benefactor, Mario Marín Torres (ahora, prófugo de la justicia por caso Lydia Cacho), entonces gobernador del PRI en el estado poblano, quien le dio muchas regalías en Puebla.
Lo hizo grande, a cambio de entregarle el diario para difundir todo lo de su gobierno, lo bueno y ocultar lo negro.
“EL HERALDO DE PUEBLA, se impulsará con eficiencia, basada e la tecnología moderna, combinando la experiencia con la creatividad y frescura de la juventud, para hacer un periodismo ético y de opinión”, habría señalado en dicha presentación en el inmueble de El Mesón de Cristo, donde estaban las instalaciones del diario que compro a José Gutiérrez Vivó dueño de Monitor, quien a su vez lo adquirió de Gabriel Alarcón Velázquez que aún era EL HERALDO DE MEXICO EN PUEBLA (lo que será otra historia más adelante).
Otra gran mentira.
De acuerdo a ex trabajadores del mismo, Henaine nunca introdujo nueva tecnología al diario, siempre lo imprimió en talleres de Uno más Uno y después en una empresa particular.
Compró el diario, con todo y planta laboral, sin comunicarles, manteniendo los bajos salarios que tenían sus integrantes desde esa fecha hasta ahora que los despidió sin prestaciones, lo que significó evasión de impuestos.
Arrinconados en un cuarto con viejos escritorios y computadoras, ahí formaban y diseñaban diariamente el periódico cinco personas, en Chietla 911 de la colonia La Paz.
Sin embargo, el empresario con muchos negocios en donde nunca aparecía, tenía en estas condiciones a los trabajadores mientras él ha vivido con toda clase de lujos y vacaciones en el extranjero.
Poco le duró el gusto de ser el consentido en Puebla, ya que con la llegada de Rafael Moreno Valle Rosas al gobierno estatal (2010), le quitó lo que no le pertenecía, como fue el aeropuerto Hermanos Serdán, el terreno de Valle Fantástico que solo utilizó para ferias y espectáculos sin mucho éxito, el equipo de futbol de La Franja, el edificio en comodato del Mesón de Cristo en la 8 oriente.
Sus órdenes a director y reporteros fueron en el sentido de destrozar a Rafael.
Y así fue.
Durante todo el gobierno morenovallista, los ataques fueron a diario.
Lógicamente, que a raíz de ello, perdió toda publicidad, desde luego ni un peso del gobierno y ayuntamiento.
Peor para los trabajadores, a quienes quitó seguro Social e Infonavit, con sueldos miserables.
A partir del 21 de junio pasado, Ricardo Henaine les dio la mala noticia de que cerraba el diario y que los liquidaría de acuerdo a la ley.
En efecto, los liquidó, pero de acuerdo a su ley, sin respetar lo que ordena, al grado de que a un fundador (52 años de servicio) lo lanzó con 36 mil pesos.
A otros con menos años, 28 mil pesos.
Hay quienes no aceptaron las migajas.
Así, se anuncia la nueva etapa de EL HERALDO DE PUEBLA, con demandas.
Todo por el gran mentiroso.