Artículos y publicaciones en redes sociales compartidos más de 500 veces desde el 4 de junio de 2021 aseguran que las principales aerolíneas discuten si es recomendable admitir a personas vacunadas contra el COVID-19 “por el riesgo de coágulos”.
Los textos empezaron a circular cuando Europa ultimaba la entrada en vigor de un certificado sanitario para facilitar los viajes durante su verano. Sin embargo, asociaciones aéreas negaron la existencia de estas discusiones y varios expertos explicaron que la trombosis provocada por un viaje muy largo en avión no está relacionada con los casos puntuales asociados a los inmunizantes contra el COVID-19.
Las publicaciones enlazan artículos casi idénticos de sitios en internet que cuentan que las principales aerolíneas del mundo estarían discutiendo si permiten el acceso a clientes vacunados o no, por el supuesto riesgo de coágulos de sangre. La pieza aconseja que “las personas (vacunadas) no viajen a menos que se encuentren en una situación que ponga en peligro la vida, ya que a cierta altura las personas que hayan sido inoculadas tienen riesgo de complicaciones como derrame cerebral, trombosis o ataque cardíaco si son sensibles a ello”.
- Esta alerta ha circulado centenares de veces en Facebook y en Twitter
- Contenido similar también se ha difundido en alemán, en inglés y en francés
¿Prohibición de vuelo para los vacunados?
Consultada por la AFP, una portavoz de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), que representa a 290 aerolíneas en 120 países, dijo el pasado mes de mayo que “no tenía conocimiento de ninguna empresa” que considerara negar el embarque a pasajeros vacunados debido al riesgo de coágulos de sangre.
La asociación Airlines for Europe (A4E) también lo negó. La portavoz Jennifer Janzen escribió en un correo electrónico el 3 de junio a la AFP: “Puede estar seguro de que no habrá tales discusiones entre las aerolíneas sobre la prohibición de volar, ni para los viajeros vacunados ni para los no vacunados”.
Ese mismo día, una portavoz de Lufthansa aseguró que la aerolínea alemana “siempre transporta pasajeros vacunados y no vacunados bajo las más estrictas normas de seguridad e higiene y teniendo en cuenta la situación general de la pandemia”.
Coágulos, efectos secundarios “muy raros”
En abril de 2021, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) anunció que los coágulos de sangre deberían figurar en sus prospectos como efectos secundarios “muy raros” de las vacunas contra el covid-19 basadas en vectores virales, como la de AstraZeneca y la de Johnson & Johnson, aunque consideró que sus beneficios superaban a los riesgos. Este tipo de inmunizantes usan otro virus como soporte para trasladar en el organismo informaciones genéticas capaces de combatir el COVID-19.
Las vacunas basadas en vectores virales son diferentes de las de ARN mensajero (ARNm) a las que hacen referencia las publicaciones en redes, que dan instrucciones a las células para que sinteticen la proteína “espiga” que se encuentra en la superficie del SARS-CoV-2. La EMA dijo en mayo que no detectó indicios del vínculo entre los coágulos de sangre y las vacunas de ARNm contra el COVID, la de Moderna y la de Pfizer/ BioNTech.
Algunos países han tomado medidas para evitar casos excepcionales de trombosis por la inoculación. Dinamarca, por ejemplo, no usa AstraZeneca ni Janssen, mientras que otros países como Francia y Holanda optaron por permitir AstraZeneca para ciertos grupos de edad.
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Diferentes tipos de coágulos de sangre
El término técnico para la reducción de plaquetas en sangre causada por vacunas es trombocitopenia trombótica inmunitaria. Tal reacción es “un efecto secundario poco común para uno o quizás dos tipos de vacunas de COVID-19”, explicó el asesor médico de la IATA, David Powell, el pasado mes de mayo.
Es una “enfermedad distinta a los coágulos de sangre en la pierna (trombosis venosa profunda) y en los pulmones (embolia pulmonar), que puede estar asociada con la inmovilidad, especialmente después de una operación, lesión en una extremidad, reposo prolongado en cama o, a veces, períodos más prolongados de tiempo sentado durante un viaje”. Powell continuó: “Los casos que involucran un viaje largo en avión, tren o carretera tienden a tener factores de riesgo preexistentes”.
Marie-Antoinette Sevestre-Pietri, profesora de Medicina Vascular en el Hospital Universitario de Amiens y presidenta de la Sociedad Francesa de Medicina Vascular, aseguró en mayo que las dos trombosis “no tienen nada que ver” entre sí. “La trombosis asociada a los viajes en avión es un factor de riesgo que conocemos desde hace más de diez años”, explicó la profesora.
Cuando se viaja en avión, varios factores pueden confluir en una trombosis: “La altitud, la presurización, el aire y la hidratación del viajero. Si éste se encuentra un poco encajado entre dos asientos, no caminará mucho, y si consume un poco de alcohol o si pasa miedo en el avión, se deshidratará aún más”, contó Sevestre-Pietri. Además, “existe un riesgo fundamental asociado a los viajes más largos, especialmente los de más de ocho horas y con pacientes que ya tienen factores de riesgo”.
“Existe una incidencia de entre el 1% y el 5% en pacientes de alto riesgo de trombosis en las piernas (flebitis). Por otro lado, una embolia pulmonar potencialmente mortal es extremadamente rara (uno o dos por cada millón de viajeros)”, detalló. En viajes muy largos para las personas con factores de riesgo, “se observan desde dos hasta cinco casos por cada millón de viajeros”, dijo.
En 2007 la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un informe sobre el riesgo de trombosis venosa al viajar en avión. El Instituto de Medicina Tropical de Amberes también publicó un documento sobre este tema en 2014. Sin embargo, estos casos no están relacionados con las vacunas contra el coronavirus.
Vacunación y viajes en avión
Por otro lado, la trombosis que puede causar una vacuna contra el covid-19 se denomina “trombosis inmunológica”. Es “una alergia a los componentes de la vacuna que activan la coagulación de la sangre con la aparición de coágulos de sangre, en cualquier lugar o en lugares inusuales, como las venas cerebrales o las venas digestivas”, dijo la especialista vascular Sevestre-Pietri.
“No hay absolutamente ninguna razón” por la que un viaje en avión vaya a favorecer una trombosis inmunológica vinculada a una vacuna, dijo Sevestre-Pietri. “No hay motivo alguno para no llevar a un paciente en un vuelo con el pretexto de que está vacunado”, aseguró la experta vascular.
Los artículos circulan en un momento en que Europa busca reactivar el turismo ante la temporada veraniega y varios países empezaron a permitir la entrada de turistas vacunados de terceros países. Más de un millón de personas de nueve países de la Unión Europea ya han recibido los certificados sanitarios digitales, que acreditan que el portador ha sido plenamente vacunado contra el COVID-19, ha arrojado un resultado negativo en una prueba de detección del virus o es inmune después de la infección. De este modo, se pretende aligerar los trámites y reactivar el turismo.