El constructor de puentes intergeneracionales
es una especie de guía, mediador, facilitador,
traductor y educador en procesos individuales y sociales.
Abel Pérez Rojas
Como cada cabeza es un mundo y cada quien mira la realidad desde su propia óptica, quien logra “armar” esa especie de rompecabezas complejo para construir puentes intergeneracionales de entendimiento entre las personas es un artista, y lo que hace, es una especie de arte.
El constructor de puentes intergeneracionales es guía, mediador, facilitador, traductor y educador en procesos individuales y sociales.
¿Qué es un puente intergeneracional?
Siguiendo la referencia de los puentes físicos que se levantan gracias a la arquitectura e ingeniería, puede entenderse por puente intergeneracional a aquella edificación social (proyecto, programa, iniciativa, etc.) que permite establecer ductos de entendimiento, comunicación y comprensión entre grupos de personas que han nacido en momentos diferentes. Que pertenecen a generaciones distintas.
Por ejemplo, en una sociedad conviven Silent Generation (nacidos antes de 1948), Baby Boomers (nacidos de 1946 a 1964), Generación X (nacidos entre 1965 a 1980), Millennials (nacidos de 1981 a 1997) y de la Generación Z (personas menores de 20 años).
El “constructor social” asume que cada generación es una especie de extremo, cuya separación puede ser salvada gracias a esfuerzos coordinados emprendidos específicamente con esa vocación, es decir, los puentes intergeneracionales.
Puentes intergeneracionales sobre olas y terreno pantanoso
Sin embargo, cada generación no es un bloque perfectamente delimitado y raso, sino que es, siguiendo la analogía de Alvin Toffler empleada en La tercera ola (Bantam Books. 1979), una especie de ola que se entremezcla con las otras olas, de tal manera que llega un momento en el cual no se puede identificar dónde termina y empieza la otra; porque, en realidad, todas se entremezclan y ciertos individuos tienen características de al menos dos de ellas.
Tratar de construir puentes intergeneracionales es asumir que la edificación se realizará en terreno pantanoso, pues a la pertenencia generacional habrá que añadirle otras variables como el tipo de inteligencia predominante de cada individuo y sus rasgos culturales, entre otras.
Para poder construir puentes intergeneracionales hay que centrarse en lo que nos es común
Si bien es cierto que, el “constructor social” edifica en medio de condiciones caóticas, también es verdad que si se enfoca en los puntos que tenemos por común las personas, más fácilmente podrá llegarse a la comprensión y entendimiento.
Es lógico que cada persona vea un mundo diferente, pero también lo es que la mayoría buscamos la felicidad, mejores condiciones de vida, y en términos generales, estar bien cada quien y sus familias.
Por ello, si buscamos construir proyectos e iniciativas intergeneracionales, bien vale la pena concentrarse en lo que nos es común, en todo aquello que nos permita poner al centro de una mesa de diálogo para llegar a acuerdos.
En lo personal, he encontrado en la poesía una excelente vía para la conformación de entornos de entendimiento intergeneracional, porque parte de lo que tenemos todos por común: la lengua, el sentimiento, la creatividad y la necesidad de trascender.
Hallar las rutas de comprensión, ponerlas en práctica, mejorarlas, corregirlas, someterlas a la evaluación colectiva, son tan solo algunos de los puntos que nos hacen ver por qué es que construir puentes intergeneracionales es un arte, y quien lo consigue con éxito, es un artista.
¿Por qué son importantes los puentes intergeneracionales?
Los puentes intergeneracionales son importantes porque son una especie de arquitectura para el restablecimiento de la solidaridad entre las personas, y ésta, a su vez, es vital para el combate a la pobreza, la desigualdad, el hambre, la corrupción y la reconfiguración del tejido social.
Instancias como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) han resaltado la importancia del diálogo intergeneracional como vía para la comprensión entre civilizaciones y la paz mundial.
En síntesis, no es fácil ser constructor de puentes intergeneracionales, y se trata de una labor de gran relevancia, por ello, es un arte y quien lo consigue, un artista.
Hasta aquí mi reflexión.
Nos vemos la próxima semana. Hasta entonces.
Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es escritor y educador permanente. Dirige Sabersinfin.com