MIGUEL ÁNGEL GARCÍA MUÑOZ
Han sido años de escribir sobre la relación familiar y de negocios de Antonio Gali Fayad y Jorge Estefan Chidiac; la traición de Blanca Alcalá Ruiz para perder por el PRI la gubernatura en 2016 y sus influencias para colocar a su hija Karina donde le venga en gana; la manipulación de Rafael Moreno Valle Rosas del PRI en pleno, manejándolo a su antojo a través de Fernando Morales Martínez y Pablo Fernández del Campo.
Los beneficios a la familia Posada en Sonata y Lomas de Angelópolis, siempre dirigidos por el famoso “Falín” de antecedentes non gratos, quien por cierto encontró protección con su yerno Juan Pablo Piña Kurczyn.
El espionaje del ahora recluso en Tepexi, Eukid Castañón, a diversos personajes políticos, del que no escapó Martha Erika Alonso Hidalgo, protagonista del fraude electoral de 2018 que llevó a la derrota a Miguel Barbosa Huerta.
La soberbia y corrupción de Javier Lozano Alarcón “La Chiva loca”, que ahora está en el ojo del huracán por la reapertura del caso de Luz y Fuerza del Centro.
Los hermanos Riestra Piña y sus negocios al amparo del poder.
La desaparición de recursos federales que supuestamente serían para reparar templos, viviendas y escuelas, pero que quedaron en manos de Tony Gali y Gerardo Islas Maldonado, el Diputado por Izúcar que nadie conocía por allá.
Los malos manejos del Gobernador interno Guillermo Pacheco Pulido, acabándose el presupuesto 2019 de 91 mil millones de pesos en 26 obras fantasmas.
Y las obras faraónicas, moches, concesiones y hoyos financieros morenovallistas.
¿Dónde anda Luis Banck Serrato?
¿Y los panistas entregados a Rafita?
Son algunas de tantas cosas que cobran vida cuando parecían enterradas.
Como diría la artista Lucerito:
¿Y…y….y?
Hace falta más que voluntad para hacer justicia.
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