REFLEXIONES
Sensatez y madurez política se requiere para construir una nueva relación política a partir de diferendos que, en su momento, parecían irreconciliables.
La historia es más que conocida: Miguel Barbosa Huerta y Alejandro Armenta Mier, pelearon con pasión la candidatura de MORENA a la gubernatura de Puebla que se jugó en la elección extraordinaria de 2019.
No sé hasta qué punto entraron manos negras a echarle más leña al fuego. Lo que sí sé es que siempre existen terceros que buscan cosechar de una confrontación ajena, uno de ellos, Fernando Manzanilla Prieto, quien no solamente jugó las contras desde la Secretaría de Gobernación, sino que hizo amarres con el PAN morenovallista para que apostara todo a la figura del farsante Enrique Cárdenas Sánchez.
El ex Rector de la UDLA era y sigue siendo uno de sus gallos. Sabe Manzanilla que él sería el poder tras el trono; el morenovallismo regresaría a tapar todos los desperfectos que condenan a muchos y se adueñaría del Estado otra vez.
Fracaso Fernando Manzanilla, erigiéndose sin pudor como uno de los principales enemigos de Barbosa y Armenta, fingiendo respaldar la política presidencial. Cree que ser dueño del Partido Encuentro Solidario (PES) en Puebla, a través de Francisco Ramos Montaño, le dará la Alcaldía de la capital del Estado en 2021 y en 2024 Casa Aguayo.
Bueno, pues Barbosa ganó la nominación, así como los comicios de 2019 a sangre y fuego, luego de un interinato infame de Guillermo Pacheco Pulido.
Hubo jaloneos propios de una contienda; sin embargo, llegó la calma y Alejandro Armenta, tipo combativo, pero inteligente, terminó por aceptar la realidad y enfocarse a su trabajo como Senador de la República, donde ha destacado y, hoy, junto con Barbosa, comparten intereses comunes: Lealtad al Presidente Andrés Manuel López Obrador; relaciones cercanas con Mario Delgado, Ricardo Monreal y la convicción de luchar por el triunfo del gobierno de la Cuarta Transformación.
Hace como dos meses, en esta misma columna escribí que Armenta Mier no tiene ningún interés en la Presidencia Municipal de Puebla; auguré que no tardarían en traicionarlo José Juan Espinosa y Nancy de la Sierra, ya sucedió; que el Senador sería uno de los objetivos de los ataques de aquellos que le ven espolones de gallo fino, se está dando. No es cuestión de hacerle al adivino, sino de intentar leer el panorama que por momentos se torna convulso.
Así que, los que apostaron a que Barbosa y Armenta permanecerían peleados o distanciados, se equivocaron.
Es política, así de simple.
directorabcd_reflexiones@yahoo.com.mx