Las protestas pacíficas en Lagos, Nigeria, que el martes dejaron más de una decena de muertos y 25 personas heridas, según una ONG, aumentaron su violencia con quemas de edificios por la represión con armas de fuego, condenada ayer por la Unión Europea y la ONU.
Al menos 12 personas murieron el martes a manos del ejército y la policía nigerianos que abrieron fuego contra dos manifestaciones pacíficas en Lagos, la capital económica de Nigeria, denunció ayer Amnistía Internacional, en un comunicado.
La Unión Europea juzgó “crucial que los responsables de estos abusos comparezcan ante la justicia y que rindan cuentas”, mientras Naciones Unidas pidió “el fin de la brutalidad y de los abusos policiales en Nigeria”.
A pesar del toque de queda, varios edificios ardieron, como la sede de un canal de televisión relacionado con un eminente político del partido en el poder, así como una estación de autobús y numerosos edificios públicos y privados.