No es recomendable creer que el caso Lozoya-Odebrecht es puro circo, maroma y teatro.
En ello va, quizá, el principal compromiso del Presidente Andrés Manuel López Obrador y las instituciones: Combatir la corrupción al costo que sea, fenómeno etiquetado como el peor cáncer social.
De eso depende en mucho la supervivencia y éxito del nuevo régimen.
Ni siquiera hace falta aplicar una consulta popular para que la ciudadanía diga si se debe enjuiciar a los ex Presidentes de la República. Basta impartir justicia contra los delincuentes de toda laya, para hacer justicia al pueblo, lo que sería inherente a la democracia plena que tanto se ha buscado infructuosamente.
La arena política es otra; quedó atrás el Coliseo Romano.
Habrá severas repercusiones, aunque el contraataque de los Gobernadores de Querétaro y Tamaulipas, Francisco Domínguez y Francisco García Cabeza de Vaca, respectivamente, infiera que es para distraer al pueblo.
Los que deben algo, tendrán que pagar; ya no duermen tranquilos, su conciencia está envuelta en telarañas.
Aquellos que tienen la seguridad de haber actuado con honestidad, no se preocupan en lo absoluto.
Hasta ahorita, la denuncia y declaraciones de Emilio Lozoya Austin, son eso: Denuncia y declaraciones, incluyendo el video donde circulan bolsas de dinero supuestamente producto de sobornos, factor que puso nervioso al Gobernador de Querétaro por el PAN, Francisco Domínguez, despidiendo ipso facto a su Secretario Particular, uno de los dos hombres que aparecen en la grabación, generando mayor sospecha de la alta corrupción que ha bañado a gobiernos anteriores y algunos actuales.
Todos los mencionados, incluyendo a ex legisladores, son inocentes hasta que se demuestre lo contrario.
Habrá denuncias en cascada por daño moral contra el testigo colaborador Lozoya Austin, al menos ya lo anunciaron el Gobernador de Puebla, Miguel Barbosa Huerta; el líder nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno.
Los mandatarios panistas de Querétaro y Tamaulipas, Pancho Domínguez y Pancho García Cabeza de Vaca. Entre Panchos te veas.
Lo mismo harán el fracasado candidato presidencial Ricardo Anaya; Felipe Calderón Hinojosa, quien dice que le harán los mandados y que, “haiga sido, como haiga sido”, nadie tiene pruebas contra él; la supuesta Periodista Lourdes Mendoza, servidora del calderonismo y el peñismo, jura que todas sus bolsas y el pago de colegiaturas de su hija las gana con el sudor de sus… manos en las teclas.
Carlos Salinas de Gortari, no asoma el caletre, confiando en su poder; Armando Hinojosa, socio de Jorge Hank Rhon en HIGA, paga ya el resultado de sus actos; Ricardo Peralta, Subsecretario de Gobernación, también siente pasos; Luis Videgaray Caso, jura que las acusaciones son falsas porque tenía una mala relación con Lozoya; Javier Lozano Alarcón, ha cerrado la boca, ya no se ve tan trompudo la llamada “Chiva loca”; Miguel Ángel Osorio Chong, se come la uñas; Vicente Fox Quesada, confía en que le crean que no tiene ni para comer; Enrique Peña Nieto, implora el auxilio de los dioses paganos; Rafael Moreno Valle Rosas, ya entrega cuentas por otro lado, al igual que Gerardo Ruiz Esparza; Ernesto Cordero Arroyo, jura que si lo perdonan se retira de la política; Emilio Gamboa Patrón, no quiere ser nombrado.
Y los que faltan.
La recopilación del Fiscal Alejandro Gerts Manero es una prueba de fuego.
No todos los mencionados necesariamente están sumidos en actos de corrupción e impunidad.
No se apuren; no basta con la palabra de Emilio Lozoya Austin. Todo lo que declare tendrá que probarlo con documentos, firmas, audios, videos y testigos.
Habrá que deslindar responsabilidades; saber en qué miente el Director de PEMEX y en qué dice la verdad.
Eso sí, habrá consecuencias.
Si se duda, espérense tantito.
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