Álvaro Uribe es uno de los políticos de Colombia más influyentes de los últimos años, además de que también fue presidente de la nación sudamericana en dos periodos 2002-2006 y 2006-2010. Es mentor de Iván Duque Márquez, actual presidente de ese mismo país, y ambos son investigados por la justicia debido a casos diversos, pero en los que se terminan relacionando, pues son estrechos colaboradores.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Colombia anunció este martes a través de un comunicado difundido en las redes sociales sobre una investigación “preliminar” en contra del presidente Iván Duque por la presunta financiación ilegal de la campaña que lo llevó al poder, a raíz del supuesto aporte de 300 mil dólares por parte del magnate venezolano Oswaldo Cisneros.
Las llamadas involucran a una excolaboradora del exmandatario Álvaro Uribe, quien es el jefe de esa fuerza y sobre quien pesa una orden de arresto domiciliario en otro proceso. La directora del Centro Democrático, Nubia Martínez, y un presunto narcotraficante que fue asesinado en Brasil en el año 2019, también figuran ya en la investigación. Álvaro Uribe habría recabado votos para Iván Duque.
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En tanto, el expresidente y senador de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, el político más influyente en este siglo en la nación sudamericana, anunció el pasado martes 4 de agosto a través de redes sociales que la Corte Suprema ordenó su captura dentro del proceso que le sigue por manipulación de testigos contra un opositor; no precisó si la decisión implica su traslado a una cárcel o si se trata de una orden de arresto domiciliario.
Álvaro Uribe, derechista, enfrenta investigación por manipulación de testigos en su calidad de senador que podría llevarlo a juicio por dos delitos relacionados (soborno y fraude procesal) y castigados con unos ocho años de cárcel. En 2012 presentó una denuncia contra el senador de izquierda Iván Cepeda por un supuesto complot en su contra apoyado en testimonios falsos.
- Álvaro Uribe sostiene que Cepeda, uno de sus mayores adversarios políticos y testigo en su proceso, contactó a exparamilitares presos para que lo involucraran en actividades criminales de los grupos de ultraderecha que combatieron a sangre y fuego a las guerrillas izquierdistas.