Archivo del crimen por
Luis Enrique Quintero
Este jueves 6 de agosto de 2020 se cumplen 17 años del cobarde asesinato de la luchadora social, defensora de los indígenas de la sierra norte de Puebla, Griselda Tirado Evangelio. Hoy está en el olvido y el caso nunca fue plenamente aclarado.
Dos años antes, la defensora de los derechos humanos, abogada Digna Ochoa y Placido, fue ejecutada y, vergonzosamente, el Estado aseguró que se había tratado de un suicidio.
Griselda, activista originaria del municipio de Huehuetla, fundadora de la Organización Independiente Totonaca (OIT), fue ejecutada por varios sicarios que la esperaban frente a su domicilio en Huehuetla, la mañana del 6 de agosto de 2003.
En medio de gran indignación social por la muerte de esta guerrera que incomodaba al gobierno y a caciques explotadores de la región, se observaron contradicciones de las autoridades; el médico legista nunca llegó y las investigaciones en el lugar del asesinato iniciaron después de que la gente pasara durante varias horas por el sitio del asesinato, alterando la escena del crimen.
Sin ningún recato, el entonces secretario de gobernación en el estado, Carlos Arredondo, se apresuró a afirmar que el asesinato de Tirado Evangelio no tenía tintes políticos, como siempre sabían hacer estos malos funcionarios
Se aventaron la puntada de declarar que el crimen había sido “pasional” e incluso detuvieron y presentaron a un hombre y una mujer como autores material e intelectual, respectivamente, supuestamente porque la mujer fue empujada por celos al creer que la víctima sostenía relaciones amorosas con su hombre.
DIGNA OCHOA
Dos años antes -19 de octubre de 2001-, otra gran guerrera, Digna Ochoa, dirigente del Centro de Derechos Humanos “Miguel Agustín Pro”, fue asesinada de dos balazos, en lo que claramente se trató de un crimen de estado.
En este caso el gobierno también descartó un crimen político y hasta declaró a la sociedad mexicana que se había tratado de un suicidio.
La trágica muerte de esta luchadora social fue llevada a la pantalla grande mediante la película “Digna hasta la muerte”, que estelarizó la espléndida actriz Vanessa Bauche.