MIGUEL ÁNGEL GARCÍA MUÑOZ
“Seguiré tus pasos”. Así podría titularse la trama en contra de la corrupción e impunidad que ejerció el morenovallismo.
El título es similar a una película mexicana que protagonizaron los actores Julián Bravo, José Mojica y Manuel López Ochoa, pero nada tiene que ver la infamia de Rafael Moreno Valle y su pandilla, con el arte en la pantalla.
Hemos reiterado que son muchos los intereses que está machucando el Gobernador Miguel Barbosa Huerta, por eso la tirria de sus detractores.
Están que trinan porque la pandemia del Coronavirus no ha detenido las investigaciones.
Las Notarías fraudulentas de las que se beneficiaron Mario Rincón González, Patricia Leal Islas, Víctor León Castañeda, Cupertino Alejo Domínguez, Sergio Penagos, Noé Ronquillo y Roberto Moya Clemente, entre otros, que tenían a prestanombres fungiendo como fedatarios, están en la buchaca.
En todos hay que poner atención, porque tienen otros negocios que sacaron al amparo del morenovallismo del que formó parte Antonio Gali Fayad, creyendo que se convertiría en el reino de los mil años, al estilo hitleriano. Pero si alguien debe rendir cuentas es Roberto Moya Clemente, porque no sólo tenía trabajando en la Notaría número 6 de Cholula a su esposa Alejandra Maupomé Cagical, sino que él asumió el cargo de Senador propietario a la muerte de Moreno Valle y, no se olvide, sabe bien de los “HOYOS FINANCIEROS” que cavó Rafael en la Secretaría de Finanzas durante el Gobierno de Melquiades Morales y, luego, en la administración de la infamia que duró 8 años (2010-2018) y que hubiera llegado a 14 con Martha Erika Alonso Hidalgo.
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