Que yo sepa, nunca se ha negado la BUAP a ser auditada, solamente ha pedido a través de su Rector Alfonso Esparza Ortiz y el Consejo Universitario, respeto a su autonomía y al protocolo legal inmerso en la justicia. Esa autonomía y respeto que costó persecuciones, lágrimas y sangre que recoge la historia.
Hoy, la BUAP, aparte de abrir sus cuentas ante los órganos auditores de la federación y Estado, está colocada entre las mejores universidades del mundo. Esto no es gratuito.
Algunos analistas sugieren que existe un embate para adueñarse de la BUAP.
¿Será cierto?
A río revuelto, ganancia de pescadores.
No quiero imaginar el renacer de los tiempos oscuros que dañaron a la BUAP y al Estado, que podrían remontarse, para no ir más lejos, a 1952, cuando la quisieron militarizar y luego, más adelante, adueñarse de ella por parte de los FUAS y mercenarios, la intervención del clero y de tres Gobernadores, los Generales Antonio Nava Castillo, Rafael Moreno Valle y el Doctor Gonzalo Bautista O’Farril, personajes represores y autoritarios.
Las consecuencias fueron desgarradoras por todos lados.
Ya se escuchan al aullar de los Lobos BUAP.