El US Open, que mantiene sus fechas del 24 de agosto al 13 de septiembre, sigue estudiando escenarios para poder disputarse en la ciudad de Nueva York, la más afectada del país por la pandemia del coronavirus.
Dentro de las medidas de protocolo que se estudian están que los tenistas llegaran a la ciudad de los rascacielos en vuelos charter fletados para ellos con un número reducido de ocupantes si proceden de Europa, América del Sur y Asia; que antes de abandonar sus respectivos países dieran negativo en la prueba del COVID-19; todos residirían en el mismo hotel de Manhattan; test diarios de temperatura al entrar en las instalaciones; y uso de los vestuarios sólo los días de partidos.
De igual forma se estudia que los partidos en categoría individual masculina fueran al mejor de tres sets, algo que deben aprobar los jugadores a través del Consejo que preside Novak Djokovic y en el que también están Rafael Nadal y Roger Federer.
A pesar de que la USTA tiene sobre la mesa la opción de trasladar el Abierto a Orlando o Indian Wells, la ciudad de Nueva York insiste en mantenerse como sede. Pase lo que pase, en caso de jugarse no habría público en las gradas y se reduciría también el número de jueces de silla en las pistas.
“Todavía no hemos tomado una decisión al respecto”, avisa Stacey Allaster, en declaraciones a Associated Press. “Lo que es seguro es que queremos jugar en el Billie Jean King Tennis Center en las fechas señaladas. Nuestra idea es anunciar el plan final a mediados o finales de junio“.
En la última edición del US Open, un total de 850.000 personas se congregaron durante las dos semanas de torneo en las pistas del barrio de Queen’s. Sobre los aeropuertos donde los profesionales de la raqueta podrían coger los vuelos chárter, Allaster matiza que “en París, Viena, Frankfurt, Buenos Aires y Dubái podrían tomar un avión directo a Nueva York”.
De igual forma, en la nueva normalidad del tenis no se incluyen los equipos numerosos como los que ahora mismo se contemplaban en los banquillos de los grandes jugadores con agentes, jefes de prensa, responsables de las marcas, patrocinadores…: “No está contemplado que un jugador venga con cinco acompañantes. Será el torneo quien facilite los fisioterapeutas o cualquier otra cosa que necesiten”.
La idea es que los tenistas se personen con la única compañía del entrenador para tener a menos gente en las instalaciones y reducir así el riesgo de contagios.
Fecha límite
El torneo se da hasta mitad de junio, para anunciar una decisión definitiva sobre el futuro del certamen en 2020. La USTA, al igual que la Federación Francesa de Tenis con Roland Garros, hará todo lo que esté en sus manos para que se juegue porque hay mucho dinero en juego.Sólo Wimbledon tenía seguro contra pandemias y por ello ha cobrado 114 millones de euros.