41Años

PERIODISMO CON HISTORIA

 

Nuestro señor gobernador, Alejandro Armenta, ha sido claro al convocar a la ciudadanía a participar en la jornada electoral del próximo domingo 1 de junio. Por primera vez en la historia, será a través del voto directo como se elegirá a las personas juzgadoras que integrarán el nuevo Poder Judicial Federal.

Y ha sido aún más contundente al señalar, con todas sus letras, que el Poder Judicial Federal es el último reducto del conservadurismo en México. No le falta razón al jefe político y principal responsable de conducir el destino de nuestro estado.

El Poder Judicial dejó de ser un contrapeso legítimo para convertirse en el último bastión de una derecha trasnochada que hoy no es más que una caricatura de oposición. Casos tan lamentables como el de Ricardo Salinas Pliego, quien ha utilizado su televisora para deslegitimar la elección judicial —a pesar de adeudar impuestos por montos equivalentes al ingreso anual de al menos dieciocho entidades federativas—, son prueba de ello.

¿Y qué pasa en Puebla?

Aquí también, el Poder Judicial Estatal sigue profundamente infectado por el virus del morenovallismo, que aún protege —por reflejo instintivo— los intereses de la oligarquía. En sus Salas siguen sentados magistrados designados por el extinto tirano Rafael Moreno Valle, quienes alcanzaron la cúpula del tercer poder del Estado sin mérito alguno, en su mayoría sin carrera judicial, sin haber pisado un juzgado ni dictado una sola sentencia.

Recuerdo cómo una persona seria me confió que Moreno Valle mandó llamar a Héctor Sánchez Sánchez a su casona de Las Fuentes, solo para ordenarle que, en febrero, entregara la presidencia del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura a Jorge Benito “El Bonito” Cruz Bermúdez. Exlíder del PRD en el estado y extitular del CAAPCE, hoy investigado por malversación de recursos públicos en dicho organismo.

Afortunadamente, la muerte impidió que aquel atropello al régimen constitucional poblano se concretara. Sin embargo, al día de hoy, varios magistrados continúan sirviendo a intereses contrarios a los de la Cuarta Transformación. Aunque han simulado sumisión ante el titular del Ejecutivo Estatal, permanecen agazapados, esperando el momento oportuno para atacar, mientras viven del erario como si de una herencia maldita del morenovallismo se tratara.

De los magistrados nombrados por Sergio Salomón Céspedes hablaremos en otra entrega, así como de las historias detrás de su ascenso en la Judicatura poblana.

Por ahora, vayamos con alegría a emitir nuestro sufragio el próximo 1 de junio, para elegir libremente a quienes conformarán el nuevo Poder Judicial Federal. No olvidemos que, en 2027, le toca a Puebla.

¡Nos vemos en las urnas!

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