Quienes creían que el partido político Morena se había olvidado de Puebla y había abandonado a su suerte a su candidato al cargo de gobernador constitucional de esta entidad federativa se equivocaron a lo grande. Un partido que emerge poderoso bajo la bandera de la democracia no podría fallarle a la inmensa mayoría de los ciudadanos que en las elecciones generales del primero de julio de este año llegaron a las casillas para darle al partido de la esperanza los votos necesarios para que pudiera demostrar, ya en el poder, que las promesas de su candidato, Andrés Manuel López Obrador, apoyados por los demás candidatos del mismo, no van a fallarle al pueblo mexicano.
Si las gestiones para que se respetara la votación tuvieron que esperar es porque no se quiso establecer un mal precedente que aunque no fueran justos, resultara seguido por otros lugares del país aunque no fuera necesariamente justificado. Tal vez hubiera provocado un desorden postelectoral en donde partidos y candidatos perdedores habrían procedido a reclamar, injustificadamente, un triunfo que no obtuvieron en las urnas.
En Puebla, como en casi todo el resto del país, los electores dieron su voto a Morena, que se llevó el triunfo, con una acentuada mayoría en los comicios para la Presidencia de la República, para los gobiernos de los estados y poder legislativo. Esto fue lo que sucedió en la entidad poblana, en donde los candidatos de Morena se llevaron la mayoría de los votos para el gobierno del estado, para el Congreso local y para los ayuntamientos. Pero en la elección de gobernador, sorpresiva e incrédulamente se encontró, sin explicación alguna, que la esposa del gobernador, el cínico Rafael Moreno Valle Rosas, quien piensa convertirse en el gobernante vitalicio de Puebla, pues ya lleva completo su sexenio, más dos de un manejo del poder a través de un amigo íntimo impuesto por él, así como un nuevo sexenio completo, donde piensa seguir saqueando inmisericordemente el estado, vendiendo inclusive toda la propiedad pública, contrayendo deudas gigantes pagaderas en 20, 30 y hasta 50 años y apoderándose de todos los negocios altamente productivos como son el servicio de agua potable, el transporte urbano, el monte de piedad y la venta de terrenos públicos, contándose entre ellos los históricos cerros en los que el ejército de Juárez, comandado por el general Ignacio Zaragoza, defendió no sólo a Puebla sino a la Patria, de una invasión extranjera, la de Francia, el 5 de mayo de 1862.
Moreno Valle es un pájaro de cuenta que pretende alargar su sexenio a catorce años. Menos mal si lo pretendiera con base en el apoyo y el voto popular, pero todos sabemos que no fue así por muchas miles de boletas electorales falsificadas que fueron introducidos a las urnas, al mismo tiempo que se destruían los votos a favor del verdadero candidato popular Miguel Barbosa, un hombre valioso que ha escalado altas posiciones políticas gracias a sus esfuerzos.
Hay ocasiones en que esta clase de sucias jugarretas, como son los fraudes electorales, triunfan, esta de la que estamos hablando no estará entre ellas porque ha llegado el momento de la verdad, y esto, en medio de una renovación total de los procedimientos políticos ha cambiado para que mejoren las cosas y no para que sigan igual, como ya ha sucedido, en otros tiempos, muchas veces en este país.